Debido al incremento de la población, para el año 2050 se espera que sea necesario aumentar la producción de alimentos un 90%. Esto requerirá de más recursos y en especial de más agua, pero usados de forma más eficiente. Se estima que el 70 % del agua se usa para la producción de cultivos base de la alimentación humana y ganadera. Pero los recursos son escasos y además hay que asegurar la protección del medio ambiente, por lo que hay que buscar soluciones inteligentes, eficaces y sostenibles.
La incorporación de las nuevas tecnologías de la información y comunicación permiten emplear los recursos de forma más eficiente, mejorar la eficiencia en el uso del agua entre un 10 y un 50% e incrementar la producción entre un 20 y un 100%.
Gracias a la reducción de costes, la mejora de la fiabilidad, las altas capacidades de los sensores y una mayor comunicación inalámbrica hace que estas tecnologías sean cada vez más utilizadas. Al ahorrar agua, energía y aumentar la producción la inversión se recupera entre 1 y 3 años.
Se estima que en los próximos años el 70 % de la producción se apoyará en el uso de las nuevas tecnologías.
El objetivo del riego de precisión es aplicar la cantidad justa de agua en el momento en que la planta la necesita, minimizando el uso de recursos. Por ello, se incorpora la tecnología para el control, adquisición de datos, la modelización matemática, la predicción y la ayuda a la toma de decisiones.
En el riego tradicional en cambio, la toma de datos y el control es manual, la gestión está basada en la observación y la toma de decisión en la intuición y experiencia.