En las recientes inundaciones de Valencia se ha observado una extensión de lámina inundable superior a la máxima estimada por las cartografías oficiales de inundabilidad. Algo similar ha ocurrido con las manchas inundables que se han producido en la provincia de Málaga, al menos atendiendo a lo que se podía esperar para el evento tormentoso acontecido.
En el primer caso, unas intensidades de precipitación no previstas ni en las consideraciones más conservadoras pueden ser la causa, pero según los autores del estudio, se puede achacar también a otras razones técnicas y metodológicas que debieran ser ajustadas para adaptarnos a la nueva realidad que tenemos por delante en relación a los riesgos naturales.
Según dicho estudio, recientemente publicado en la revista científica ‘Investigaciones geográficas’, de la Universidad de Alicante, la actual metodología para delimitación de zonas inundables no se ajusta bien a la realidad, especialmente en entornos torrenciales como el mediterráneo. Esta hipótesis de partida se ha corroborado con el análisis de caso de las inundaciones de Campanillas del año 2020. Para dicho evento se ha comparado la lámina inundable real con la indicada en el Sistema Nacional de Cartografías de Zonas Inundables, apreciándose una clara subestimación de la lámina oficial. En la misma publicación, se incluyen una serie de propuestas que pudieran mejorar la predicción de áreas inundables en el actual contexto de cambio climático y cambio global.

Según Antonio Gallegos Reina, autor principal de la investigación, es necesario repensar la metodología usada en los estudios hidrológico-hidráulicos, de modelización de inundaciones, al menos en regiones mediterráneas. En primer lugar, cita la necesidad de incorporar un estudio de la carga sólida del caudal, en lugar de hacer la simulación con la suposición de que por los ríos y arroyos circula agua limpia, tal como se hace en la actualidad. De igual modo, indica la necesidad de analizar y cartografiar no solo las áreas receptoras de peligrosidad, sino también las áreas causantes, aquellas donde se genera la escorrentía y las principales problemáticas que luego derivan en la inundación.
El artículo científico resultante se puede consultar aquí.
