El estanque en cueva de la 'Finca El Lavadero' (Artenara - Gran Canaria) es, en espíritu, otra magna obra hidráulica que pertenece al tiempo y que tiene, además, el sentimiento de la cueva. Otra catedral del agua.
Este monumeto de ingeniería se ejecutó en la ladera derecha del Barranco del Lavadero, al NW de la Montaña de Artenara. En la ladera izquierda, dos magníficos estanques de mampostería con unas preciosas escalinatas de acceso a su interior. Tres obras de arte de la iniciativa privada.
El estanque en cueva fue registrado hace un par de años en la famosa Carta Etnográfica de Gran Canaria (el inventario de los arqueólogos del Cabildo Insular que no sirve para proteger y conservar nuestro patrimonio hidráulico). Bajo el signo político de Nueva Canarias tampoco protegen ni conservan los catálogos de bienes etnográficos de los municipios (véase entrada de blog sobre la Presa de Mister Leacock). La ficha del estanque en cueva El Lavadero en La Carta apenas dice nada sobre esta obra ¡digna de admiración! Les aporto acceso directo a la definición del estanque por parte de los arqueólogos, para que los lectores serios puedan comprender que sólo dicen lo que ellos quieren que sepas, es decir, ¡nada! FICHA 10344. Ni antigüedad, ni historia, ni el estado del arte de la obra. Cero.
Una visión del Estanque en cueva El Lavadero
Este monumento de artesanía cueviforme es una obra de arte intacta que merece ser comprendida por el resto del mundo, de ahí el modo contemplativo escogido: una colección de fotos en color con inauditas perspectivas de su muro de cierre (pequeño, pero visible desde el interior), escalinata hidráulica (boca de entrada del agua), paredes y suelo (con su simple enlucido de mortero de cal y cemento), techo natural (donde destaca la cúpula o bóveda de la cueva primitiva que dió origen a la construcción del estanque), su toma de fondo (una galería tapiada) y las dos lumbreras (entrada con escalinata y cúpula). Otra obra hidráulica de Gran Canaria sobresaliente.
Recientemente han limpiado los sedimentos del tiempo que había en su interior. Todo apunta a que no ha sido la propiedad. No hay cartel de la adecuación y la construcción, lo que hace pensar que sean los nuevos canarios quienes están llevando a cabo las actuaciones en la Finca El Lavadero. Ellos lo llaman "reactivación de la Ecoisla", bajo las simples justificaciones del incendio de 2019, el cambio climático y el vacío rural. Hay que decirlo con todo rigor, la ecoisla es una quimera para engañar a la gente.
Considero que la limpieza del estanque en cueva es una adecuación positiva, aunque han dejado los sedimentos en el canal de derivación de las aguas del barranco (espero que sólo sea un depósito provisional y que también limpien todo el canal de derivación, de cara a la conservación de los bancales de la finca). Sin embargo, han abierto una pequeña pista de acceso hasta el bancal que coincide con la ubicación del estanque en cueva, lo que significa ¡construcción! (en estos momentos inacadaba). La limpieza del estanque en cueva fue manual, por lo que desconocemos por qué han destruido un sendero primitivo para abrir la pista. Cosas de los ecoisleños.
En breve se podrá ver la "Nueva pista" abierta sobre el antiguo sendero de acceso al bancal en las fotografías aéreas de Cartográfica de Canarias S.A (GRAFCAN) - Gobierno de Canarias. Aportamos ahora una imagen aérea de como estaba el paisaje antes de que entraran los nuevos canarios en el territorio y un mapa para comprender el mundo hidráulico de la FINCA EL LAVADERO.
Es incuestionable mi falta de talento fotográfico, pero he tratado de capturar la esencia de la profundidad de lo construido por el agricultor canario para almacenar el agua [el oro líquido] en el interior de la Tierra, con el objetivo de estremecer a propios y extraños.
La contemplación digital de las imágenes es suficiente para admitir el valor histórico y de antigüedad que tiene la estructura en cueva. Sin utilidad desde hace décadas, sólo nos queda la admiración de su forma hidráulica, materiales, espacio y tiempo; siempre con el objetivo de su conservación y mantenimiento, trabajo de todos. Es una obra de arte de Gran Canaria, no de la Ecoisla.
El sentido íntegro del estanque en cueva El Lavadero se condensa en su "corredor", paralelo al canal de derivación de las aguas discontinuas superficiales del barranco, canal que se encuentra justo al pie de la pequeña boca de entrada al estanque. El corredor une las tres salas que penetran hacia en interior de la ladera. La sala Pequeña, la sala de Enmedio (coincide con la boca de entrada, la escalinata de acceso y la toma de fondo) y al fondo, lo mejor, la sala Grande o sala de la gran Cueva Primitiva.
En la foto superior, tomada desde la "sala Pequeña", se observa la potente luz natural que en días soleados entra por los agujeros en ladera del estanque. Este depósito de arte, una pieza maestra para almacenar agua, tuvo su concepción y nacimiento en una cueva primitiva, posiblemente de los antiguos canarios. Cosa dificil de saber porque los nuevos canarios de la ecoisla han exiliado al único arqueólogo cuerdo que más sabe del tema. Ahora sólo están los "carroñeros de Risco Caído". La ecoisla es una quimera.
Boca de entrada, escalinata hidráulica, corredor y salas
El estanque en cueva El Lavadero fue ejecutado desde la cueva primitiva, cuya potente cúpula de roca se sitúa sobre el corredor y la altura de la sala Grande. El agricultor canario, aprovechando la amplia boca de la cueva primitiva, excavó la roca sin ejecutar ninguna columna y esculpió una bella escalinata por la boca de entrada del agua (y del agricultor). Sin embargo, los escombros y el material sobrante se sacaron por la cueva primitiva, hasta que los constructores del estanque la cerraron con un muro de mampostería hasta el máximo nivel de embalse. Con el cierre de la cueva primitiva quedó en lo alto la lumbrera principal del estanque, la lumbrera de la cúpula. Y ejecutaron el suelo inclinado para llevar el agua hasta el punto más bajo del depósito, la toma de fondo. Toma situada en lo que parece una amplia galería posteriormente tapiada. Una visión de la posible historia de su ejecución. Observación y análisis.
Al descender al fondo del estanque el visitante siente la profunda soledad del espacio, la piedra bruta del techo, la piedra artificial del enlucido y la luz natural que, pasados unos minutos, ilumina toda la estructura. Es el sentimiento de la cueva en estado puro, porque el espectador está en otro templo que una vez fue una obra muy util para el agricultor canario. El estanque invisible de la finca. Ahora bien, el espectador debe tener presente lo demás: los bancales fabricados, los demás estanques, el largo canal de derivación en tierra que fue ejecutado entre la ladera derecha y los bancales, los senderos de acceso a la finca y las pequeñas acequias que recorren la propiedad. En medio de todo este arte, el nuevo camino ha roto por completo el equilibrio del pasado. A pesar del abandono de la agricultura, la obsolescencia funcional de la finca no presenta ruinas sometidas a la acción de la Natureza hostil. Al contrario, los estanques presentan un buen estado de conservación, al igual que los soberbios bancales. Sin embargo, un nuevo camino puede destruirlo todo.
Lo llaman la ecoisla, pero con ellos ya hemos perdido el Estanque de los Ingleses (Gáldar), varias cantoneras de la calle Drago (Gáldar) y hemos dejado de contemplar el muro escalonado y poligonal de la gran Presa de Mister Leacock (Gáldar). Cabe preguntarse ¿dónde están los responsables de la protección y gestión del patrimonio cultural de Gran Canaria? Es incuestionable que, para los responsables del patrimonio histórico de la Gran Canaria, las obras hidráulicas no tienen interés cultural. ¡Nada es sobresaliente para los carroñeros!
Dicho de otro modo, para los responsables de nuestro patrimonio cultural no hay en la isla ningún monumento de ingeniería que sea sobresaliente. Una isla con una presa bóveda de 132 m de altura, única en las Islas Canarias; un estanque de bóvedas múltiples, único en las islas; minas de agua asombrosas, las zanjas según Simón Benítez Padilla; decenas de grandes presas de mampostería, con una docena de ellas que superan los 80 años; grandes y pequeños estanques de barrial en arcilla, ¡Los Barriales que no son charcas!; tuberías con trazados kilométricos; pozos que son "museos de arte industrial y etnohistórico", con su maquinaria, campanas, cacharrones, silla del maquinista, botiquín...; los estanques en cueva de San Rafael, Cura Macho o del Lavadero, catedrales en cueva del agricultor canario; y las galerías, las cantoneras, los túneles de transvase y todo lo demás. ¡Un espectáculo brutal!
Los hechos son como son. Para los arqueólogos ninguna obra hidráulica, de las más de 7.000 que se llegaron a ejecutar antes de 1975, es un bien construido que tenga interés cultural. Ni la Mina de Tejeda lo es y tiene 500 años de utilidad e historia. Expresión personal.
