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Tendencias del consumo de agua tras la COVID-19

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ACCIONA es una empresa líder con capacidad para diseñar, construir y operar plantas de tratamiento de agua potable, depuradoras de aguas residuales, tratamientos terciarios para reutilización y plantas desalinizadoras por ósmosis inversa.

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Portada iAgua Magazine

La pandemia producida por el coronavirus SARS-CoV-2 (COVID-19) está generando en la sociedad unos efectos devastadores en la salud, en la movilidad de las personas, en la cadena de suministro y, por supuesto, en el ámbito económico y social.

Los efectos sanitarios están siendo los socialmente más preocupantes debido al gran número de infectados (sintomáticos y asintomáticos), a la cantidad de ingresados en UCIs de hospitales, y al número directo e indirecto de muertos. No obstante, estos alarmantes efectos se están mitigando poco a poco, como se puede ver en la esperanzadora evolución del número de recuperados, aunque sean con más o menos secuelas físicas y psíquicas.

Por el confinamiento, el consumo de agua industrial disminuyó inmediatamente, pero su recuperación no será tan rápida como la bajada

A todo ello ha habido que sumar que el confinamiento ha ocasionado cambios en los usos y costumbres de la población, como ha sido en la hora de levantarse y de acostarse, en la hora de comer, e incluso en la hora de ir al aseo y ducharse. Además, se han generado contratiempos por las restricciones horarias y de aforo en la calle y en los locales, e incluso se han producido problemas en la movilidad de las personas, los vehículos y las mercancías. Todo esto ha generado dificultades en la cadena de suministro, no solo de EPIs, respiradores y medicamentos, sino también de alimentos, materiales y productos. En consecuencia, ha habido una desactivación generalizada de la economía que ha provocado un descenso de ingresos por el cierre temporal de empresas que, junto con la desconfianza e incertidumbre, producirá que esos cierres temporales de empresas se transformarán en algunos casos en definitivos, lo que conllevará una previsible crisis económica y de empleo.

Desde el punto de vista del abastecimiento y saneamiento del agua, los efectos no han sido tan importantes como en otros sectores, ya que no se ha parado de trabajar porque es un servicio esencial, aunque sí que se han sufrido consecuencias sanitarias en los propios empleados, consecuencias de movilidad al trabajo y en el trabajo, consecuencias en la cadena de suministro y consecuencias en la propia operación del trabajo por las restricciones antes mencionadas y por los problemas de cobro y atención a los usuarios a pesar de haberse incentivado la teleasistencia.

No obstante, la consecuencia más destacable de la pandemia en el sector del agua es el cambio que se ha producido en el consumo de agua.

Lo primero que se ha detectado es que el confinamiento ha producido un cambio en el horario de consumo de agua, desplazando en más de hora y media el arranque del ascenso de consumo que se daba a primera hora de la mañana, y ha reducido la amplitud de su máximo de consumo. El cierre de colegios, el teletrabajo y el confinamiento han producido un retraso en la hora de despertarse y, consecuentemente, han generado el retraso en la hora punta de consumo y el aplanamiento de la curva matutina de consumo de agua, manteniéndose sin apenas cambios los consumos nocturnos, como era de esperar.

Ilustración 1: Evolución de la hora de arranque del pico de consumos en Andratx

Ilustración 2: Curva de consumo de viernes y sábado pre y post confinamiento en Andratx

Simultáneamente, cada población empezó a experimentar variaciones en el consumo medio diario y semanal frente al mismo consumo en años anteriores. Aunque en algunas poblaciones sí que llegó a aumentar el consumo medio diario frente al del año pasado, en la mayoría de las poblaciones descendió, pero en distinto grado en cada población, ya que cada una tiene una composición distinta del tipo de usuarios, y un sistema hidráulico diferente. Por supuesto, en todo estos análisis de variaciones estacionales de consumo respecto a años anteriores no hay que perder de vista que la climatología (pluviometría y temperatura) puede cambiar el consumo de agua más que el que pueda producir el confinamiento.

A nivel general, es previsible que una ciudad muy residencial, con poca industria y comercio, note menos variación del consumo de agua que otras más industriales, salvo que dicha ciudad residencial reciba mucho turismo, en cuyo caso percibirá un descenso directo del consumo por la falta de visitantes y notará también la disminución del consumo indirecto de agua en comercios, restauración y hostelería.

En los servicios gestionados por ACCIONA se ha detectado un descenso del 2,5% en el consumo de agua en marzo, 8,6% en abril y 7% en mayo

Evidentemente, el descenso del agua distribuida a los usuarios producirá una variación en el agua abastecida en cabecera de las redes, aunque dicha variación de agua abastecida no tendrá por qué ser en igual proporción a la variación del agua distribuida, ya que el descenso de caudales consumidos por los usuarios puede producir un aumento de presiones en las redes, que generaría mayores pérdidas de agua en las fugas preexistentes, incentivaría que aparezcan nuevas fugas e incluso agrandaría las fugas latentes. A todo esto, hay que añadir que las restricciones de personal, por las medidas de prevención de riesgos laborales y por las limitaciones de la movilidad, han provocado que los operarios de los servicios de agua se hayan estado dedicado principalmente a tareas esenciales como a las emergencias y su mantenimiento correctivo, no pudiendo atender las labores del mantenimiento preventivo ni la terminación de las obras de renovaciones y ampliaciones de redes, e incluso en algunos casos, no ha permitido continuar con la gestión del ANR(Agua No Registrada) y de los procesos de lectura - facturación - cobro. Todo esto podrá provocar un aumento del ANR y un descenso de los rendimientos técnicos de las redes.

Por consiguiente, la pandemia afectará al consumo de la población, pero su efecto dependerá de las infraestructuras y de la proporción de usuarios que tenga entre usuarios industriales, comerciales, municipales y domésticos (residenciales o turísticos).

A nivel global, en España el consumo de agua potable (según fuentes del INE) es mayoritariamente de uso doméstico con un 72%, seguido de lejos por el uso industrial con el 10% y después por el uso municipal con el 8%, el uso para servicios con el 5%, y los usos recreativos con el 4%, siendo casi insignificante el uso para la agricultura, ya que se suele abastecer de agua de redes diferentes a las redes municipales de agua potable.

Ilustración 4: Distribución del Consumo de agua por usos en España (INE).

Como las industrias han sufrido cierres temporales por el confinamiento, el consumo de agua industrial disminuyó inmediatamente, pero su recuperación no será tan rápida como la bajada, ya que la recuperación del consumo de agua industrial será en forma de “V” asimétrica porque habrá empresas que no llegarán a abrir debido a la crisis económica post COVID-19.

Los comercios, la hostelería y la restauración también sufrieron un cierre temporal del que se van a ir recuperando también en forma de “V” asimétrica, pero inicialmente de forma más asimétrica que en las industrias, porque su reactivación ha sido por fases que han limitado su aforo y apertura. Posteriormente, su recuperación definitiva irá ligada a la reactivación del turismo nacional y del internacional, que tan importante es en España.

En cuanto a los consumos de agua municipales, el descenso se prevé que sea en forma de una pequeña “U” muy poco asimétrica

En cuanto a los consumos de agua municipales, el descenso se prevé que sea en forma de una pequeña “U” muy poco asimétrica, ya que se espera para septiembre una reactivación casi total de los colegios parados a mediados de marzo. Aunque en el resto de los edificios de la administración se está recuperando su actividad gradualmente, en la mayoría de ellos el mantenimiento y limpieza no ha parado. Como los baldeos y limpiezas viarias no solo no han parado su actividad sino que incluso la han aumentado, y además los riegos públicos realmente dependen más de la climatología que de la COVID-19, es previsible que el descenso de consumo municipal, si es que lo hay, sea muy poco importante.

Finalmente, el consumo de usuarios domésticos debería de aumentar al haber estado la mayoría de población en su casa, no consumiendo en sus trabajos, y gastando más agua por las recomendaciones de higiene, pero la realidad es que no será así en aquellas poblaciones con un número importante de viviendas de segunda residencia, ya que el turismo es el sector con mayor parada por la COVID-19 y con una recuperación más lenta inicialmente, sobre todo por el parón del turismo internacional.

Según fuentes del INE, España recibía anualmente una media de 109 millones de viajeros, de los que el 51,4% eran residentes en el extranjero, pero las pernoctaciones diarias no se distribuían de forma similar, ya que se componían de un 65,1% de pernoctaciones de extranjeros, sumando un total de unas 950.000 pernoctaciones medias diarias. Es como si España tuviese casi un millón más de habitantes; es decir un 2,13% más de población. El turismo nacional, que como hemos visto supone un 35% del total, inicialmente se está recuperando más rápidamente que el internacional, que tardará algo más, hasta que España recupere la confianza de sus visitantes extranjeros. Como parece que la crisis económica afectará más a España que a los países de origen de sus visitantes internacionales, es previsible que las salidas al extranjero de los españoles tarden más en recuperarse, con lo que aumentará el turismo nacional, que esperemos que pueda compensar el déficit del turismo internacional.

El consumo de usuarios domésticos debería de aumentar al haber estado la mayoría de población en su casa, no consumiendo en sus trabajos

En los servicios gestionados por ACCIONA se ha detectado un descenso del 2,5% en el consumo de agua en marzo, del 8,6% en abril y del 7% en mayo, que ha supuesto una media del 6,1% de descenso del consumo en los tres meses. Ese consumo medio ha sido, en términos relativos, más importante en las poblaciones turísticas, con un 8,1%, que en el resto de las poblaciones, con un 5,3% de descenso. A efectos interanuales en los servicios gestionados por ACCIONA, se ha acumulado ya un 1,4% de descenso en el consumo de agua, que se espera que llegue al 2% total al final de año.

Con todo ello se puede concluir que, sin considerar la climatología, a nivel general el consumo de agua en España sufrirá un descenso en forma de “V” asimétrica, cuyo grado de asimetría vendrá marcado por el nivel de la recuperación de la economía y del turismo, sobre todo el internacional, y cuya amplitud del descenso y nivel de asimetría variará en cada población según el estado de las infraestructuras y la proporción que tenga de usuarios domésticos (residenciales y turísticos), industriales, comerciales, y municipales.

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