El comienzo de la estación húmeda hará que resulte imposible acceder a algunas áreas: amplias zonas rurales se convertirán en lodazales y ciénagas y muchos caminos desaparecerán bajo el agua. Será el caso de la remota localidad de Rann que se convertirá en una isla y que quedará completamente aislada. Se estima que unos 40.000 habitantes y personas desplazadas que residen en la actualidad en Rann carecerán de acceso a la ayuda a menos de que esta se entregue con antelación. Además, la estación lluviosa coincide con el pico de malaria y con el aumento de los índices de desnutrición.
MSF está desplegando un equipo móvil para prestar apoyo médico y humanitario en las localidades de Rann, Banki y Damasak durante los próximos meses. Los miembros del equipo proporcionarán consultas de salud y tratamientos preventivos para la malaria, distribuirán mosquiteras y jabón, y trabajarán para mejorar las condiciones de agua y saneamiento. También evaluarán y tratarán a niños que presenten desnutrición.
"La inseguridad y los desafíos logísticos dificultan la provisión de ayuda en estos lugares, pero estamos trabajando intensamente para extender nuestras actividades antes de que lleguen las lluvias", explica el Dr. Moussa Sow, coordinador de los equipos móviles de MSF para la estación húmeda. "Aquí hay mucha población desplazada y muchas personas que han sido víctimas de la violencia. Nuestro equipo hará todo lo posible para intentar que no padezcan ni fallezcan a causa de enfermedades prevenibles".
El comienzo de la estación húmeda hará que resulte imposible acceder a algunas áreas: amplias zonas rurales se convertirán en lodazales y ciénagas y muchos caminos desaparecerán bajo el agua
El equipo móvil ha estado pre-posicionando suministros médicos y logísticos en la zona y, ahora, ha iniciado las actividades médicas. A lo largo de la temporada de lluvias, los miembros del equipo recorrerán las tres localidades.
Esta misma semana, un segundo equipo está distribuyendo tratamientos preventivos contra la malaria en Bama, distribución que se repetirá en Dikwa en las próximas fechas. Este equipo también responderá al esperado aumento de casos de malaria en los próximos meses.
Plan para posibles emergencias
Las condiciones de vida ya son precarias y las personas desplazadas dependerán de la continuidad de la distribución de alimentos para evitar casos de desnutrición. Las lluvias también podrían conducir a la aparición brotes de enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera. Por este motivo, MSF ha diseñado un plan de preparación ante emergencias en varias zonas del estado entre las que se encuentra la capital, Maiduguri.
En algunas partes del estado de Borno ya se ha declarado un brote de hepatitis E, brote frente al que MSF está liderando la respuesta médica en Ngala. El riesgo de epidemias será mayor si se anegan los atestados campamentos de desplazados y si no hay acceso suficiente al agua potable y a letrinas.
Cuando en enero MSF empezó a prestar asistencia en Rann, solo había un litro de agua disponible por persona y por día, cantidad muy por debajo de los estándares de emergencia. MSF y otras organizaciones han trabajado para mejorar el suministro de agua, haciendo posible que los habitantes de Rann puedan acceder a entre 10 y 15 litros de agua cada día.
No obstante, MSF teme que el número insuficiente de letrinas pueda conducir al surgimiento de brotes. Los equipos estiman que en Rann, hasta 279 personas comparten cada letrina. De acuerdo con los estándares mínimos aceptados de saneamiento, cada letrina debe ser utilizada por un máximo de 20 personas.