Pero mira cómo suben los barbos por el río (5ª temporada)

En 2018 publicamos en este mismo blog, la noticia de la migración primaveral de los barbos, aguas arriba, en busca de sus zonas de freza (puesta de huevos e inseminación). Estaba recién habilitado el corredor acuático del Manzanares, en su tramo urbano madrileño, conocido como Madrid Río. Fue durante la primera semana de mayo. 

En años sucesivos, me he ido asomando al río y bien por la pandemia, bien por la falta de tiempo no he tenido tiempo de volver a ver dicho espectáculo. Este mes de mayo, 4 años y 5 migraciones después, he vuelto a tener la oportunidad de observarlos. Me pareció verlos aguas abajo del Parque Lineal del Manzanares, hace más de dos semanas y, desde ese día, al menos, 3 veces a la semana, me he venido acercando a Madrid río para ver si podía localizarles. Siempre ha sido por la tarde, variable esta de la hora, que no se si influye a favor o en contra del hallazgo. 

Anteayer martes 11 de mayo, por fin se cumplió mi deseo, y los pude ver superando o intentando superar el escalón de la primera compuerta aguas arriba del Puente de Toledo. En concreto no pude ver como lo hacían pero si, ver como al sentir que el agua les arrastraba con mayor velocidad hacia abajo del mismo, aceleraban su nado y se alejaban de la compuerta. 

Ayer volví de nuevo, esta vez con el móvil y los pude encontrar en diversos puntos del río, aguas abajo del citado puente de Toledo. En las zonas de poca profundidad se les observa muy bien porque agitan las aguas de forma evidente, al más atlético estilo salmón. En aguas más profundas, provocan extrañas ondulaciones en la superficie que no coinciden con el esquema habitual de esta, lo que nos permite localizarles o contar con una posibilidad de observación.  Los vi en grupos de tres. También, como individuos aislados que parecían rehuirse, o bien, simplemente, como sombras oscuras desplazándose bajo mis pies mientras me asomaba a mirar las aguas corrientes desde las múltiples pasarelas y puentes que permiten cruzar el cauce. En ellas encontraremos un cómodo balcón desde donde practicar nuestra mirada. En zonas con más caudal avanzan pegados a la vegetación e intentan eludir las zonas donde la velocidad del agua es más alta. En otras palabras, avanzan contracorriente con el mínimo esfuerzo. 

En mayo las gaviotas se han retirado hacia sus áreas de cría, los mismo que cormoranes, gran número de garzas reales y garcetas, todas ellas, aves potenciales predadoras de la especie. Su presencia tendría una alta incidencia negativa sobre los ejemplares que intentan atravesar el tramo urbano, dada su alta exposición y visibilidad. Su ausencia les favorece de forma sustancial. En breve llegarán los martinetes unas garcitas estivales de mucho menor poder predador, frente a tan grandes ejemplares de barbos.

Hoy el cauce del río, alcanza un alto grado de naturalidad. Las islas y riberas arenosas se encuentran colonizadas por la vegetación, desde la herbácea hasta la arbórea entre las que destacan sauces y álamos. El cauce tiene un manejo continuado de la vegetación y de limpieza, con el fin de diversificar los biotopos vegetales existentes, evitar la acumulación de materia vegetal de carácter anual o madera muerta de gran volumen y eliminar los residuos sólidos transportados por el agua o arrojados desde las orillas. Con esta gestión se potencia la presencia de márgenes arenosos, islas, brazos de agua corriente...

Poder disfrutar de nuevo de estos acontecimientos naturales, es un privilegio que hemos alcanzado al que no debemos renunciar en el futuro. Todavía estás a tiempo, bájate al río, cruza y recruza puentes, compuertas y pasarelas, y disfruta de la vida natural que bulle en las aguas de nuestro aprendiz de río: El Manzanares.