Llegó el momento de cambiar el paradigma sobre los recursos hídricos en las urbes

En octubre de este año, los Estados miembros de las Naciones Unidas adoptarán un plan de urbanización para las próximas dos décadas—años decisivos en un planeta que albergará mil millones más de habitantes en sus áreas urbanas antes de 2030. Habitat III se celebrará en Quito, Ecuador, y reunirá a los gobiernos y grupos depositarios de la ONU con el fin de acordar la «Nueva Agenda Urbana». Este documento estará orientado a la acción y ayudará a hacer realidad la visión de lograr que las ciudades sean inclusivas, seguras, resilientes y sustentables1, tal como se aspira en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 11.

El papel exacto que tendrá el agua en esta declaración aún se encuentra a debate. No obstante, existe un creciente movimiento cuyo fin es asegurar que la Nueva Agenda capture las conexiones fundamentales entre una gestión hídrica sólida y una urbanización sostenible, y aprovechar la oportunidad para gestionar los recursos hídricos urbanos de un modo distinto. El paradigma sobre estos recursos necesita un cambio.

Adoptar un enfoque holístico sobre la gestión hídrica en las ciudades sería crucial para salvaguardar la salud pública

Hace tiempo que, mundialmente, existen ciudades que enfrentan las carencias sociales y ecológicas producto de un modelo de gestión de aguas urbanas obsoleto basado en recursos abundantes y sistemas segmentados, desconectado tanto del plan de urbanización como de las cuencas hídricas. Es imprescindible que, por el contrario, el agua urbana sea considerada un recurso muy valioso con potencial para producir múltiples beneficios. Además de ser indispensable para la salud y dignidad de las poblaciones, debe ser reconocida por su valor como recurso natural.

En febrero de 2016, un grupo conformado por expertos internacionales en recursos hídricos participó en una reunión de consulta de la GWOPA (en español, Alianza Global de Partenariado entre Operadores de Agua) con sede en Barcelona, a fin de trabajar en la creación de un conjunto de recomendaciones estratégicas sobre cómo debería abordarse el tema hídrico en la Nueva Agenda Urbana. El grupo sostuvo que adoptar un enfoque holístico sobre la gestión hídrica en las ciudades sería crucial para salvaguardar la salud pública, reducir al mínimo los riesgos de desastre, garantizar la seguridad hídrica y defender los derechos humanos en el espacio urbano. En sus nueve recomendaciones estratégicas, el grupo exige, entre otras cosas, un mejor uso de las aguas a través de un ciclo del agua, minimizando la extracción y optimizando la reutilización, reconociendo la influencia que tiene este preciado líquido en el desarrollo urbano, diseñando sistemas hídricos adaptativos bajo incertidumbre, y refiriéndose a las inequidades respecto de la prestación de servicios de agua y saneamiento urbanos.

Afortunadamente, algunas ciudades del mundo no solo ponen en práctica este nuevo paradigma, sino que también están inspirando y apoyando activamente a otras ciudades con sus propios cambios. Por ejemplo, la ciudad californiana de San Francisco es precursora en la utilización de enfoques integrados de planificación para reducir la demanda hídrica ante la disminución acelerada de los recursos río arriba. Por su parte, la ciudad de San Pablo en Brasil quiere aprender de las experiencias de San Francisco y las dos administraciones se han puesto de acuerdo para compartir prácticas de éxito a través de un hermanamiento entre operadores de agua (WOP por sus signas en inglés). El objetivo de los WOP es aprovechar las habilidades, conocimiento y buena voluntad dentro de un operador para desarrollar la capacidad de otros operadores que necesitan asistencia.

Un verdadero cambio en el paradigma de la gestión de recursos hídricos requeriría no solo de la promoción de nuevas estrategias sino la creación de mecanismos de aprendizaje entre los actores del sector. Mundialmente, las ciudades que prestan servicios básicos pueden aprender las unas de las otras y respaldarse recíprocamente mientras avanzan hacia un mejor futuro urbano.