Las cataratas Victoria, situadas en África, entre la frontera de Zambia y Zimbabue, constituyen un salto de agua del río Zambeze.
Conocidas localmente como Mosi-oa-Tunya, (el humo que truena), el explorador escocés David Livingstone, las rebautizó en 1855 con el nombre de su reina, Victoria, cuando visitó el lugar y quedó fascinado con el espectáculo.
El río Zambeze, que es el cuarto mayor de África, sufrió hace millones de años un gran movimiento tectónico que provocó fallas tectónicas de unos 100 metros de profundidad. Hoy, son esas pendientes las que originan la caída abismal del Zambeze, sobre todo en época de lluvia, que es cuando el río llega a su máximo caudal, formando las cataratas más largas del mundo.
Sobre las cataratas se encuentra el puente de las Cataratas Victoria, un antiguo arco de acero terminado en 1905.
Las cataratas tienen una anchura aproximada de 1,7 km y 108 m de alto y se consideran un espectáculo extraordinario, siendo una de las mayores atracciones turísticas de África Austral.
Las cataratas Victoria fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en el año 1989 y desde 2010 están integradas dentro del Área de Conservación Kavango-Zambeze.
(Imágenes: Wikipedia y Pixabay)
