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Agua de lluvia y agua interestelar

Sobre el blog

Oscar Méndez
Máster en Dirección de Proyectos e Ingeniero. Desarrolla y participa en proyectos cuya finalidad sea; contribuir a la creación de una sociedad más sostenible a través de la optimización y gestión de los recursos.
  • Agua lluvia y agua interestelar

Parece ser que la presencia de agua en Marte es una realidad. Su geografía podría indicar que realmente haberla, hayla, según desprenden datos aportados por las sondas enviadas al planeta rojo. También parece ser, que en otro planeta mucho más familiar para nosotros, la Tierra, las necesidades de agua son crecientes. Entonces, ¿agua marciana o agua terrestre?

Mientras se hilvana el entramado tecnológico para acometer tal desafío interestelar, los que seguimos con los pies en tierra y en la Tierra, debemos plantearnos como satisfacer las necesidades de agua a corto plazo.

Nuestro planeta contiene una masa importante de agua en su mayoría agua salada, sólo el 2,5% corresponde a agua dulce. De este pequeño porcentaje de agua dulce unas 2/3 partes se encuentran en los glaciares, con lo cual, nos encontramos con una mínima fracción de agua dulce disponible.

Y, según el Informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo, la demanda de agua dulce es cada vez mayor. Dicho informe estima que el mundo tendrá que enfrentarse a un déficit del 40% de agua. A esto debemos sumar el alto impacto que el cambio climático está produciendo sobre la disponibilidad de los recursos hídricos. A corto plazo nada bueno nos espera, eso sí, el informe desprende cierto optimismo afirmando que <<hay agua suficiente como para satisfacer las necesidades crecientes del mundo>>, y concluye afirmando que debemos establecer un modelo más eficiente.


¿Un modelo ... más eficiente?.
En efecto, debemos tomar conciencia y plantearnos un escenario más sostenible apostando por soluciones basadas en la naturaleza para hacer frente a la escasez de agua. Siendo esta, la escasez de agua, uno de los más graves problemas ambientales a los que nos enfrentamos en este siglo.
Es necesario, por tanto, aportar alternativas para garantizar al máximo la disponibilidad de agua dulce minimizando su uso. A este aporte están contribuyendo notablemente sistemas y tecnologías como la desalinización del agua del mar y la utilización de aguas residuales -negras y grises-, por mencionar algunos ejemplos. En esta línea, la desalinización del agua del mar supone disponer de agua de gran calidad apta para el consumo humano, regadío, industria, etc. En cuanto a la utilización de las residuales, que son aguas ya utilizadas, supone disponerla para múltiples usos urbanos, agrícolas e industriales en el caso de las aguas negras, o para alimentar la descarga de inodoros en el caso de las grises. Todas estas aguas suman para satisfacer necesidades y consumos.

Estas alternativas, encaminadas a mitigar la sobreexplotación del uso del agua dulce, están alineadas con el modelo de economía circular y basadas en la eficiencia del recurso. Existen otras alternativas, y entre estas, una que no se le da la importancia que merece; el agua de lluvia.

Sin duda, este fenómeno atmosférico es una fuente natural que también puede contribuir a disminuir el uso de agua dulce y por tanto, a la sostenibilidad del planeta. Y..., también alineado al concepto de circularidad!. El aprovechamiento de las aguas pluviales es un recurso que deberíamos integrar al "mix hídrico" para garantizar caudales mínimos de abastecimiento ya sea en períodos de escasez -como el que actualmente vivimos- o de manera generalizada. Este aporte al conjunto de aguas podría ayudar a reducir las cada vez más habituales escenas de camiones cisterna transportándola de municipio en municipio para su abastecimiento básico. Hace años se podía tratar de algo puntual pero hoy en día, este trasiego de agua, se está convirtiendo en algo muy normal incluso más allá de los meses de verano.


La captación y aprovechamiento del agua de lluvia no es propiedad de nuestro siglo, es conocido y documentado su uso desde tiempos inmemorables. Ciudades como la antigua Petra conocida como "la ciudad del desierto" en la actual Jordania o la ciudad lnca del "Machu Picchu" en Perú, por mencionar algunas, ya mostraban los conocimientos que se tenían de la tecnología hidráulica y su eficaz gestión del agua; el agua de lluvia.

Hoy, el agua de lluvia y su aprovechamiento ofrece muchas posibilidades y la oportunidad de abastecernos de manera más sostenible, favoreciendo un crecimiento más equilibrado y compatible con los estándares económicos, sociales y ambientales que actualmente se promueven.

Por otro lado, los proyectos para la recolección de las aguas pluviales, además de ser una fuente alternativa para abastecernos y ayudar a minimizar los problemas generados por sus escorrentías, sirven para promocionar y concienciar a la sociedad de los beneficios que su reutilización tiene. En su vertiente educativa, puede servir también para enseñar a los más pequeños de dónde realmente sale el agua!. Al igual que aprenden y comprueban que la leche sale de las granjas y no de los bricks de las estanterías del supermercado, se les puede enseñar y educar sobre el ciclo básico y natural del agua. A través de la observación de los métodos y sistemas de recolección de agua de lluvia, pueden comprender de donde viene el agua y aprender a valorarla. Eso sí, nunca podremos asegurar que alguno pueda pensar que el agua sale del grifo sin más!


...y como reflexión final

Quizás estamos obcecados con mirar a través de las lentes para ver de lejos, con la mirada puesta en la búsqueda planetaria del agua interestelar o en enrevesados procesos, cuando realmente lo que debemos hacer es ponernos las lentes de ver de cerca y buscar en la propia naturaleza, como con el agua de lluvia. Ni lo uno ni lo otro!, quizás lo mejor son unas gafas bifocales para ver de lejos y también de cerca, o sea tener presentes todas las alternativas y valorar en cada momento según necesidades, coste, aplicación, amortización, etc.

Dejando de lado la oftalmología, apostemos por una economía circular proponiendo un modelo que incluya la recolección del agua de lluvia para hacer frente a las necesidades presentes y futuras del planeta. El agua de lluvia es de gran calidad y si se opta por captarla evitando su contacto con el suelo, es decir sin contaminantes, supone un ahorro de costes en tratamientos y energía, aumentando las posibilidades de uso. Sin duda, pensar en agua de lluvia es una gran elección!