El Gobierno de Uruguay no está ajeno al tema de la contaminación por algas del río Negro, insistió Cánepa, quien aseguró que se analizan los caminos a tomar para revertir la situación y se esperan los estudios de impacto ambiental más profundos.
Por su parte, Rucks dijo que se conoce la situación desde hace varios años y que esta obedece básicamente a la construcción de embalses, obras que, a su vez, son necesarias para el crecimiento del país.
La situación del río Negro está siendo comparada con otros casos similares que ocurren como consecuencia de las actividades agropecuarias, industriales o de desarrollo humano, explicó Rucks. Esta situación debe ser abordada desde un enfoque interinstitucional.
“La construcción de represas en el río Negro permiten generar energía eléctrica, y esos beneficios los disfrutamos todos, pero cuando se embalsa un recurso hídrico se generan situaciones particulares que favorecen el desarrollo de las algas por la acumulación de un recurso que pierde la dinámica de su movimiento natural”, indicó.
Por otro lado, aclaró que no se corre peligro por consumir agua extraída de ese curso fluvial, ya que el tratamiento potabilizador le asegura la calidad. Sin embargo, deben ser evitados los baños de inmersión directa en ríos donde la floración de cianobacterias pudiera estar en sus procesos más activos, alertó Rucks.
Para el director de Medio Ambiente, la situación puede considerarse grave solo en términos puntuales si se piensa en los embalses, empero afirmó que es necesario seguir el tema y tener medidas de respuesta porque, “cuando hablamos del río Negro en términos de cuenca, estamos hablando de un tema país”.
Las declaraciones de los dos altos funcionarios fueron realizadas este martes en el marco de la celebración de los cinco años de la creación del Sistema Nacional de Respuesta al Cambio Climático y la Variabilidad, realizada en la Torre Ejecutiva.