La sentencia tiene fecha de 14 de septiembre, pero ha sido esta semana, a raíz del artículo en iAgua de la prestigiosa jurista Isabel Caro-Patón, cuando la noticia ha corrido como la pólvora en todos los rincones de la Administración hidráulica estatal. Sus casi 10.000 lecturas dan fe de la importancia de una decisión del Tribunal Supremo que "prohíbe la intervención de Tragsa en procedimientos sancionadores porque su personal es laboral y no está sujeto al régimen de la función pública".
Caro-Patón, socia del despacho Menéndez & Asociados, detalla en su post la preocupante perspectiva que se abre paso en relación a todas las sanciones tramitadas por personal laboral de TRAGSA o de cualquier otro ente público: "se abre, a mi juicio, una situación similar a la que se dio cuando el Tribunal Constitucional anuló la transferencia del Guadalquivir a la Comunidad Autónoma de Andalucía (STC 30/2011), que supuso la nulidad de todas las sanciones impuestas por la Junta y cuya revisión fue instada por los perjudicados. El Tribunal Supremo, en sentencia de 5 de octubre de 2012 (recurso núm. 5571/2011), entre otras, declaró que la nulidad era radical y no quiso atender a las demandas de la Abogacía del Estado de pedir que se interpretara que la declaración de inconstitucionalidad sólo tenía efectos prospectivos o hacia el futuro".
La sentencia podría conllevar una radical reforma de las relaciones de puestos de trabajo en las adminstraciones hidráulicas y del papel de Tragsa en su funcionamiento. Estaremos muy atentos a sus consecuencias.
Mientras, en París, se sigue jugando la partida entre Veolia, Suez y Engie. La balanza se inclinaba este miércoles hacia la nueva oferta presentada por la compañía dirigida por Antoine Frérot, tras el visto bueno del Consejo de Administración de Engie. Suez, por su parte, sigue considerando esta oferta como "hostil" e introducía el jueves al fondo Ardian como posible "caballero blanco" en la defensa de su independencia. Este lunes caduca el plazo solicitado por Engie para aceptar definitivamente la oferta de Veolia y cambiar radicalmente el mapa de los players de la industria del agua.
Un mapa que, como pudimos comprobar esta semana en el Smart Water Summit se inclina de forma cada vez más ostensible hacia las compañías tecnológicas. 40 ponentes dejaron de manifiesto que la transformación digital no es solo una realidad, sino probablemente el nicho de negocio más dinámico para el sector del agua. Cerca de 2.000 asistentes en los 4 días que duró el evento ponen de manifiesto el enorme interés de esta temática entre nuestra audiencia de España y Latinoamérica. Interés confirmado por la excepcional acogida de iAgua Magazine 30, con Jaime Barba (CEO de Idrica) en portada y más de 150 páginas con los mejores contenidos sobre digitalización.
