A muchos podrá sorprender que en 2030, más del 80% de la población de América Latina y El Caribe vivirán en ciudades, situación que obliga a los gobiernos locales, a la sociedad civil, al sector privado, y por supuesto a los Estados a establecer líneas de acción con el propósito de brindar más servicios, con mayor calidad y eficiencia. En este contexto, cobran importancia las ciudades sostenibles (modelo ambiental, social y económico), las cuales para los organismos financieros internacionales, en particular para el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, es necesario identificarlas, a través de una herramienta metodológica enfocada en las “Ciudades Emergentes” (140 ciudades en Latinoamérica).
Dentro de ésta iniciativa, la ciudad de Cuenca es la única ciudad del Ecuador que forma parte de esta privilegiada lista. Siendo una de los ítems a ser considerados en la medición, la percepción que tienen los ciudadanos sobre la calidad de vida en la ciudad. Situación que ha sido realizada desde los últimos años a través de una encuesta.
Hace poco se conocieron los resultados de la “III Encuesta de Percepción Ciudadana sobre la Calidad de Vida en Cuenca” (2015), la cual fue coordinada por el Colectivo Ciudadano “Cuenca, Ciudad para Vivir Bien”, el cual desde hace más de cinco años, se propone “…aportar a la construcción de la ciudad como un bien público y un proyecto ético…”.
El objetivo de la encuesta fue “revelar la opinión de la población de Cuenca sobre temas trascendentes para la vida y el desarrollo sostenible de la ciudad”, con una muestra de 1208 encuestas, con niveles de confianza del 95%, en la cual se consultaron temas relativos a: calidad del aire, aguas residuales y residuos sólidos, espacio público, vulnerabilidad ante desastres naturales, gestión pública participativa, seguridad ciudadana, servicios (agua, energía y conectividad), condiciones de vida, turismo, y, transporte y movilidad.
En el caso del agua y el saneamiento, con una cobertura a nivel urbano del 98% en los dos servicios (2015), el 89% considera que el servicio de alcantarillado es bueno y muy bueno. Mientras que en relación al agua potable, el 91% califican el servicio de bueno y muy bueno. Sin embargo, en relación con las tarifas de agua potable, el 34% las considera como caras o muy caras, siendo tan sólo el 8% el que las considera baratas.
Algo que preocupa, es que el 55% de los encuestados considera que los ríos están contaminados. Pero no todas son malas noticias, ya que el 85% de los encuestados señalan que tienen hábitos de ahorro del agua, y el 67% son conscientes que la escasez del agua puede ser un problema a corto plazo.
En mi opinión, considero que este tipo de encuestas no sólo generan una importante base de datos para investigadores y profesionales, sino que además de la lectura de sus resultados, los ciudadanos y las organizaciones de la sociedad civil pueden a futuro apropiarse de los retos y expectativas que tiene la ciudad a fin de brindar una mejor calidad de vida a sus ciudadanos.
