La Confederación Hidrográfica del Ebro ha designado presidente del organismo, de forma arbitraria y oscurantista, a Raimundo Lafuente, un ingeniero de caminos Canales y Puertos hasta hace poco director técnico de la CHE que representanta la más rancia tradición de destrucción de nuestros pueblos y nuestros ríos a base de hormigón.
El Sr. Lafuente es el máximo responsable del desastre en que se ha convertido el recrecimiento de Yesa. La inconsistencia de los proyectos e informes por él redactados o encargados, la desastrosa ejecución de las obras, su incapacidad para analizar desde la rigurosidad científica lo que está pasando en Yesa, ha hecho que el presupuesto se multiplique por cuatro, ha provocado el desalojo y la expropiación de más de 100 viviendas y, lo peor, ha puesto en peligro la vida de personas aguas debajo de la presa. La incompetencia de su gestión ha hecho saltar las alarmas hasta en las constructoras adjudicatarias de la obra. Que este currículo sea premiado con la presidencia de la CHE pone de relieve el grado de podredumbre en que se halla sumida la institución y el escándalo que sigue acompañando el nombramiento por el PP de altos cargos de la administración.
Una vez más se ha despreciado la necesidad de reenfocar las políticas de gestión del agua hacia fórmulas avanzadas, medioambientalmente sostenibles, económicamente eficientes e impulsoras del interés general y la trasparencia en la gestión. Una vez más los impulsores de las políticas del hormigón, cobijados en los inconfesables intereses del PP, se han impuesto consiguiendo que se nombre para presidir la CHE uno de sus mayores valedores.
No haber aprovechado el momento para nombrar como presidente de la CHE a una persona que llevara aires nuevos a la institución es grave pero mucho más grave lo es el perfil del elegido que, a lo ya señalado, suma una gran incompetencia que nos está costado millones de euros a los sufridos ciudadanos.
Cuando la realidad social transformadora está marcando hitos para alumbrar un nuevo futuro honrado, transparente y realmente preocupado por las necesidades vitales de las personas, el PP se resiste al cambio, y de prisa y corriendo impulsa actuaciones controvertidas para llegar a puntos de no retorno: privatizaciones sanitarias como Alcañiz, desmantelamiento de la educación pública con la LOMCE, expolio de ríos en Yesa, Mularroya o el Bergantes... Este lamentable nombramiento sólo puede entenderse en clave del pago a los servicios prestados.
Esperamos que las fuerzas políticas, que en Navarra y Aragón firmaron recientemente un compromiso político para una moratoria en Yesa, paren los pies a personajes como el Sr. Lafuente y sienten las bases para una necesaria, posible y sostenible nueva cultura del agua. Algo que se encuentra en las antípodas del Sr. Lafuente Dios.