El cambio climático ha dejado de ser una amenaza futura para convertirse en una evidencia diaria. Sequías prolongadas, lluvias torrenciales, episodios extremos. Y, sin embargo, el sistema sigue actuando como si no pasara nada. Como si fuera razonable seguir planificando sin ejecutar, diagnosticando sin actuar.
Este número de iAgua Magazine pone el foco en una urgencia que no admite más excusas: la necesidad de invertir, y de hacerlo ya. Y lo hace desde múltiples perspectivas. Quienes lideran el sector desde la operación directa, como Santiago Lafuente, CEO de Aqualia, señalan con claridad lo que hay que hacer: mantener la excelencia en la gestión del servicio, anticiparse al cambio climático, desplegar infraestructuras críticas y aprovechar las oportunidades que brinda la digitalización. Lo hacen con datos, con hechos y con una visión clara de futuro. Su testimonio, al frente de una compañía que gestiona millones de personas en todo el mundo, es también una radiografía de lo que está en juego: no se trata de si podemos invertir, sino de si estamos dispuestos a hacerlo con ambición, rigor y responsabilidad.
Le acompañan en este número referentes como Eduardo Campos (Sacyr), Agustín Ramírez (Aganova), Felipe Guinea (Almar), Felipe Acosta (Open Intelligence) y Lara Duro (Grupo RSK), que aportan visión y propuestas desde enfoques tan diversos como la inversión estructurada, la eficiencia operativa, la digitalización o la adaptación al cambio climático. Miradas distintas que coinciden en una misma convicción: hay que actuar, y hay que hacerlo ya.
Este número de iAgua Magazine pone el foco en una urgencia que no admite más excusas: la necesidad de invertir, y de hacerlo ya
El Foro iAgua, celebrado en marzo, nos dejó un mensaje contundente: si no transformamos los planes en obras reales, el agua se convertirá en un factor limitante para el desarrollo. No lo decimos solo nosotros. Lo repiten desde las administraciones, la ingeniería, la economía y la academia. También desde las tribunas de este número: Isabel García Tejerina, Roi Fernández, José Sandóval, David Vila, Vanesa Mateo, Fernando García Canales, Jordi Cros o Agustí Ferrer lo subrayan con distintos matices, pero con una misma preocupación.
El diagnóstico está hecho. Hay planificación. Hay consenso técnico. Y, sí, también hay dinero. Lo que falta es voluntad política, estructuración de proyectos y un marco legal y administrativo que no convierta cada actuación en una carrera de obstáculos.
A lo largo de estas páginas recogemos ejemplos de lo que sí funciona: soluciones digitales, inteligencia artificial, redes de nueva generación, infraestructuras resilientes, reutilización, eficiencia energética y modelos de gestión que ya están aportando resultados. El sector está preparado. Solo necesita condiciones para desplegar todo su potencial.
Porque el futuro del agua no se improvisa. Se planifica, se financia, se ejecuta. Y se mide en resultados.
