El cambio climático es el mayor desafío que enfrenta nuestra sociedad. Afecta a todos los niveles y tiene un especial impacto en el sector del agua. La necesidad de contribuir a la mitigación impone la obligación de alcanzar una mayor protección del recurso sin requerir mayores demandas de energía. En definitiva, hacer más con menos.
La nueva directiva de depuración no solo revisa y amplía los objetivos no cubiertos de la primera, además extiende su enfoque bajo esta perspectiva, exigiendo niveles más rigurosos de tratamiento, pero también la neutralidad energética.
Tenemos que reinventar las EDAR en respuesta a requisitos tecnológicos que van más allá de lo que siempre hemos hecho. El futuro requiere perfeccionar los conocimientos tecnológicos y poner el foco en el desarrollo de otras habilidades (las propias de gestores ambientales y energéticos). Los operadores del ciclo urbano del agua son agentes decisivos para esta transformación, con una doble misión: como actores de cambio y como tractores de la sociedad.
El sector del agua en España requiere de una serie de procesos industriales que movilizan una gran cantidad de recursos. Se estima que el abastecimiento urbano supera los 3.700 hm3/año y que la depuración de aguas residuales supera un volumen de 4.000 hm3/año. Asimismo, estos procesos consumen una gran cantidad de energía, unos 4.000 GWh/año, lo que supone aproximadamente un 1,5% de la demanda total nacional y un 0,5% del total de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en España.
Desde la innovación, tenemos que aprovechar lo que la directiva nos impone para alcanzar los objetivos de tratamiento más exigentes
La prestación de los servicios urbanos del agua genera importantes cantidades de residuos, con un alto potencial de valorización. Añadir que las aguas residuales han pasado de ser consideradas como un simple desecho a percibirse como una verdadera fuente de recursos, tanto hídricos (aguas regeneradas) como otros elementos de valor (nutrientes). Las administraciones públicas y los propios operadores estamos impulsando medidas para la consecución de una mayor eficiencia que, en los últimos años, se han visto favorecidas, en gran medida, por los avances tecnológicos que supone la digitalización y el uso generalizado del big data.
Con la nueva Directiva 91/271 sobre el Tratamiento de las Aguas Residuales Urbanas, la Unión Europea desarrolla los principios recogidos en el Pacto Verde Europeo y establece un camino para desarrollar la gestión sostenible del agua y la protección del entorno.
Desde la innovación, tenemos que aprovechar lo que la directiva nos impone para alcanzar los objetivos de tratamiento más exigentes, y la neutralidad energética de las EDAR en particular y del ciclo urbano en general. El trinomio agua-energía-residuo se conjuga especialmente en el entorno de las EDAR. Así, a pesar de que estas instalaciones son las principales consumidoras de energía, a su vez, tienen un altísimo potencial para la generación de energía limpia, tanto para su autosuficiencia como para ir más allá y contribuir, además, a la neutralidad del ciclo en su globalidad.
En este contexto, las EDAR están obligadas a asumir protagonismo en la minimización de las emisiones de gases de efecto invernadero, tanto en cuanto la nueva directiva introduce un objetivo de neutralidad energética. Y es que, en 2045, las instalaciones de tratamiento de aguas residuales urbanas tendrán que producir energía de fuentes renovables.
Este acuerdo refleja un compromiso renovado con la innovación, la responsabilidad y la sostenibilidad en el tratamiento del agua, abordando los desafíos contemporáneos del cambio climático, la contaminación y la escasez de recursos
Consciente de nuestro papel en la transición hacia un modelo de ciudad circular y descarbonizado, la codigestión de residuos ha supuesto uno de los mayores éxitos ambientales desarrollados por Emasesa en los últimos años. Ejemplifica los principios de las políticas de circularidad, mitigación al cambio climática y eficiencia. Es, sin duda, la mejor evidencia de la necesidad de transformarnos para transformar.