La implementación del "re-uso" o "reutilizamiento" de las aguas servidas tratadas tiene varias ventajas y beneficios para la comunidad, pero existen barreras de entrada que impiden o complican su incorporación de estas aguas al uso y a la oferta hídrica.
Según Fundación Chile, la actual brecha de agua es de -82,6 m3/s que al año 2030 aumentará a -149 m3/s, al comparar la disponibilidad de agua con las proyecciones de crecimiento económico e infraestructura prevista a construir. En la medida que aumente negativamente esta brecha, las aguas residuales adquieren un mayor valor y tarde o temprano se tendrán que utilizar. Incluso en países secos como Israel o con pocos recursos hídricos como Singapur se utilizan hace muchos años y en la actualidad se han incorporado al agua potable o consumo humano.
De las barreras de entradas para el "re-uso" de las aguas servidas tratadas, uno de los aspectos relevantes, pero que no es tangible (como el técnico o financiero), es el cultural. Lo cultural tiene una parte de percepciones y creencias que lo ubican en el mundo de la emocionalidad y por otra parte, tiene un desconocimiento de lo que son estas aguas y de los procesos actuales de tratamiento de aguas servidas. El solo hecho que las personas sepan que estas aguas, originalmente contenían fecas, orina u otros líquidos humanos, además de desechos de duchas, lavaderos, lavaplatos, etc., a lo menos es para arrugar la cara.
Si a lo anterior, agregamos que el proceso de tratar estas aguas las realizan servicios o empresas públicas o privadas de las cuales las personas tienen cierta desconfianza del operador como consecuencia de la percepción de la comunidad, entonces la barrera mental y cultural estarían instalada en la negación "al re-uso".
Una de las forma de enfrentar la barrera cultural, es la incorporación de nuevas y mejores tecnología que permitan dar una mayor seguridad a la calidad de los procesos de tratamiento de las aguas servidas y la educación para que la población comprenda la necesidad de su uso, conozca en detalle el proceso de tratamiento de las aguas servidas y los beneficios que se pueden obtener.
La denominación de estas aguas debe ser como “la marca”, debe colaborar a la aceptación de la comunidad y debe agregar valor a su utilizamiento y no solo limitarse a describir el proceso técnico que se les realiza. En este sentido las palabras re-uso o re-utilizamiento no son las mas adecuadas
Según el Reglamento de Alcantarillado Particular, las Aguas Servidas Domésticas son aguas recogidas de los excusados, urinarios, baños, lavaderos, botaguas, lavaplatos u otros artefactos sanitarios domésticos y, en general, cualquiera agua que contenga sustancias excrementicias o urinarias, residuos de cocina o desperdicios humanos de cualquier naturaleza. (Art 10).
Estas aguas, tienen su origen en el agua potable y se convierten en aguas servidas, una vez usadas o consumidas por las personas al interior de la vivienda, instalación comercial o industria. Las Aguas Servidas están compuestas por las Aguas Grises, que son aquellas aguas que se utilizan al interior de una vivienda por las personas, para fines de aseo y mantenimiento como la ducha, cocina, lavadora, lavatorios, lavaplatos y otros similares y por las Aguas Negras, que son aguas fecales o que contienen deshechos humanos como orina, fecas y otros sólidos que generalmente provienen de los baños que son depositados en los inodoros y urinarios.
Sin embargo, existen otro tipo de aguas que no son producidas por el consumo humano, en consecuencia, no vienen de las vivienda o instalación, si no que se incorporan a las aguas servidas domésticas en los colectores del alcantarillado. Estas "otras aguas," no son permanentes y no están presente en todos los sistemas de saneamiento, dependen de la ubicación geográfica y del tipo de sistema de recolección y tratamiento utilizado. Algunas de ellas son las Aguas Nivo-Pluviales, provenientes de las precipitaciones o lluvias o derretimiento de la nieve, las Aguas Infiltradas, que son aguas que provienen de las napas subterráneas por donde pasan los colectores del alcantarillado y se infiltran en ellos y las Aguas de Residuos Industriales Líquidos (RILES) provenientes de procesos industriales que antes de ser depositadas en los colectores del alcantarillado, son tratadas de acuerdo a la norma. Todas estas aguas, son recolectadas y conducidas a una planta de tratamiento de aguas servidas donde son tratadas para cumplir con las exigencias de la norma (Dcto. 90) y quedan en condiciones, de a lo menos, para ser utilizadas en el riego o uso industrial.
A estas aguas servidas y posteriormente tratadas nos estamos refiriendo cuando hablamos del "re-uso" de las aguas. Algunos las denominan como Aguas Servidas Tratadas y otros Aguas Residuales Tratadas. La diferencia entre una y otra corresponde a que las primeras solo provendrían del uso doméstico y las segundas corresponderían a la mezcla de aguas domésticas, de lluvias, industriales u otras.
La pregunta es ¿porque hablamos de "re-uso" o "re-utilizamiento" de las aguas?. Según el Diccionario de la Lengua Española, el concepto de usar, es “Hacer servir una cosa para algo” y utilizar es “Hacer que algo sirva para un fin.” Claramente son sinónimos. Si al uso de estas aguas, anteponemos el prefijo “re” (que significa que algo se repite), lo que queremos decir es que la misma agua, sin hacer un cambio en ella, la volveremos usar y en este caso esto no es efectivo.
El prefijo “RE” no es aplicable en el caso de las aguas residuales o servidas, por que debemos darles un tratamiento previo para volver a usarlas en una nueva actividad o disponerlas para un nuevo uso. El agua que se volverá a usar ya no es agua residual o servida, es un agua tratada que tiene otras características y componentes producto del proceso de tratamiento. Si se comparan los análisis físicos, químicos y bacteriológicos de ambos tipo de aguas, al igual que su color y olor, mostraran las diferencias y acreditarán que son dos tipos aguas distintas. En definitiva al anteponer el prefijo "RE" estamos expresando una información errada, que no solo colabora para el rechazo cultural del uso de estas aguas, si no que técnicamente es errado. Lo que realmente queremos decir, es que usaremos o utilizaremos un nuevo tipo de aguas, sin el prefijo "RE".
La norma sanitaria, también indica que las aguas residuales o servidas sin tratamiento, no se pueden usar y menos re-usar en ningún proceso productivo agrícola o industrial. Sin embargo, las aguas residuales o servidas que fueron tratadas, sí pueden ser utilizadas. En consecuencia, la denominación adecuada es uso o utilizamiento, y no “re-uso o reutilizamiento”.
Tampoco podemos desconocer el origen de estas aguas y del proceso que participaron. Lo importante de destacar, es que dejaron de ser aguas residuales o aguas servidas ya sean tratadas o no y pasan a ser Aguas Recicladas. Se entiende por reciclar a un “Proceso cuyo objetivo es convertir desechos en nuevos productos o en materia para su posterior utilización”. Lo importante de este concepto, es que deja claro que los desechos como las aguas servidas o residuales, se someten a un proceso de cambio, (en este caso es el tratamiento) y que posteriormente se convierte en un nuevo producto o materia prima que permitirá ser usado o utilizado en otro proceso. En resumen, SI al uso de aguas recicladas y NO al re-uso o re-utilizamiento de las aguas residuales tratadas o aguas servidas tratadas.
Finalmente, para destacar lo importante que es la denominación de estas aguas, es necesario mencionar el caso de Singapur, que llevan años procesando las aguas residuales para darle un uso productivo, pero cuando decidió incorporarlas como parte del agua que destinaba al consumo humano las denominó como NEWater (Nuevas Aguas), incluso hoy se vende en botellas para el consumo de las personas.