Cada vez que hay que arreglar algo en España, la que paga el pato es siempre la misma: el agua urbana.
Para mantener la Política Agraria Comunitaria (PAC), España ha propuesto renunciar a los fondos de cohesión. Estos mantenían en la UVI al enfermo moribundo que son los servicios del ciclo integral del agua (CIA). Pero, tras mucho reflexionar sobre esta noticia, como profesional del agua, creo que es una gran noticia. En donde muchos ven una mala noticia, yo veo una oportunidad.
Por fin vamos a dejar de depender de los fondos de cohesión para la ejecución de infraestructuras hidráulicas, en especial las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR) que mantienen a nuestro sector en coma por falta de recursos económicos. O se muere definitivamente, por falta de tratamiento, o se busca, de una vez para siempre, otro tratamiento más eficaz.
Ahora, entre todas las posibles líneas de financiación, de las grandes inversiones que tenemos que hacer en las infraestructuras del CIA, parece que la más viable, sostenible y lógica es la obvia: repercutir en las tarifas del agua los costes asociados a la gestión de activos. Acompañada, eso sí, de la solidaridad a nivel nacional.
Es necesario recordar que la mayoría de las grandes EDAR ( > 100.000 e-h) construidas en España, salvo las honrosas salvedades de las ciudades de Zaragoza y Madrid, se han financiado con el esfuerzo de todos. No vale, ahora que no hay fondos europeos, que los que tienen su problema resuelto den la espalda a lo que, durante años, han sido postergados por razones difíciles de entender o explicar.
Por eso, la mejor alternativa al problema de infraestructuras del CIA que tenemos encima de la mesa, es la implantación de unas tarifas únicas para todo el territorio nacional. Eso sí, cumpliendo tres requisitos fundamentales:
- Que sean sostenibles: El precio medio debe de estar por encima de los tres euros por metro cúbico facturado.
- Que sean finalistas: íntegramente para el servicio del CIA. Con un bloqueo absoluto a que legislaciones futuras permitan utilizar dichos ingresos para otros menesteres diferentes.
- Que la gestión de los ingresos no este en manos de una sola administración, sino de tres:
- Estatal (33,33 %)
- Autonómica (33,33 %)
- Municipal (33,33 %)
Y, por supuesto, supeditada a una fiscalización periódica, por ente independiente, y a la realización de auditorías técnicas anuales.
No quiero dejar en el tintero la segunda opción: implantación, por parte del Estado, de un canon del agua para la gestión de activos (mayor de un euro por metro cúbico facturado).
Ahora, como hace un año, vuelvo a decir: ¡Ánimo y a por el toro, con dos...!
