Connecting Waterpeople

Se encuentra usted aquí

Transparencia versus participación ciudadana

Sobre el blog

Jorge Chamorro
Ingeniero especialista en tratamiento y depuración de aguas y en desalación.
  • Transparencia versus participación ciudadana

Una de las mayores demandas de la sociedad para evitar la corrupción y garantizar una gestión adecuada de los servicios públicos es la transparencia. En muchos casos, esta necesidad va acompañada de otra con la que, personalmente, tengo, si no se matiza, mis dudas: la participación ciudadana

No es que esté frontalmente en contra de que los consumidores estén presentes, a través de las diferentes figuras (asociaciones de vecinos, ONG, sindicatos, etc.) en los órganos de representación de los organismos que se encargan de la gestión de los servicios públicos.

Sin embargo veo más inconvenientes que ventajas en que esta participación sea con voz y voto. En mi opinión debería de limitarse a una participación de solo voz.

La gestión de un servicio público, y me voy a centrar en el de Ciclo Integral del Agua (CIA), es muy tecnológica y se caracteriza por una sensibilidad económica social alta.

Los presupuestos económicos anuales y las tarifas deberían de fijarse única y exclusivamente por razones técnicas. No estoy negando que, a nivel político, las tarifas (como ocurre en la mayoría de los servicios del CIA en España) incluyan tramos sociales para proteger y garantizar el suministro de agua a sectores desfavorecidos de la sociedad en riesgo de exclusión.

En lo que sí discrepo es que los usuarios tengan voto para definir las tarifas anuales. Es como si, en una comunidad vecinal, los que se encuentran de alquiler se les consultaran sobre los gastos que estarían dispuestos a incurrir para mantener el edificio. Muy pocos usuarios tienen conciencia de que las infraestructuras hidráulicas que tratan y depuran sus aguas son de su propiedad y que deben de asumir los costes de su mantenimiento y reposición.

Tampoco creo ético que los sindicatos puedan votar unos presupuestos económicos anuales donde una de las partidas más importantes son los costes de personal. ¿No pedimos a nuestros políticos que se abstengan de votar en aquellas situaciones que pueden afectarles a ellos o a sus familiares y amigos?

No creo que sea muy eficiente dejar, en manos sociales, decisiones sobre las inversiones prioritarias en temas de infraestructuras donde se barajarían situaciones ajenas al propio servicio y que tienen poco que ver con una gestión profesional.

Existen, a mi modo de ver, numerosas objeciones para que la participación ciudadana, en los servicios públicos, este en el día a día. Creo que es más efectiva cada cuatro años, cuando somos llamados a las urnas para decidir democráticamente a nuestros representantes políticos.