Como cada 5 de junio, hoy se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente. El tema de este año se centra en la conexión de las personas con la naturaleza con el fin de reflexionemos sobre lo mucho que dependemos de ella, y el país anfitrión donde tendrán lugar las celebraciones oficiales será Canadá. Pero, ¿por qué Canadá?
Canadá posee un variado y espectacular patrimonio natural. Esta seña de identidad reflejada en una abundancia de recursos naturales, sustenta la prosperidad económica del país a través del turismo y de su uso sostenible. O lo que es lo mismo: de su conexión con la naturaleza.
Con una población aproximada de 36 millones de habitantes y una extensión de casi 10 millones de kilómetros cuadrados, es el segundo país más grande del mundo según su superficie total, es decir, teniendo en cuenta sus aguas. Su paisaje es tan variado que pueden verse desde tundras heladas hasta inmensas praderas y bosques, cuyas diferencias climáticas proporcionan una flora y una fauna muy diversas, y convierten al país en una auténtica maravilla visual para los amantes de la naturaleza.
En cuanto a la gestión relativa al medio ambiente, según la ONU, a finales de 2015 Canadá había protegido el 11,5% de su territorio (un 10,6% perteneciente a la superficie terrestre y un 0,9% a su territorio marino). Pero no solo eso, Vancouver se propuso en 2013 ser la ciudad más sostenible del planeta de cara a 2020, y va camino de conseguirlo. Dentro del plan para alcanzar su objetivo, sus medidas son envidiables: economía verde, liderazgo climático, construcción sostenible, transporte ecológico, residuos cero, aire y agua limpios, menor huella ecológica y acceso a la naturaleza, donde pretende que todos los residentes de la ciudad vivan a 5 minutos andando de un parque o espacio verde.
¿Y qué pasa con el agua?
Canadá alberga casi el 9% del agua total del mundo y más de 2 millones de lagos se extienden por todo su territorio.
Bien por su tamaño, por la disparidad de sus recursos naturales o porque cerca del 30% de la población canadiense depende de las aguas subterráneas como fuente agua potable, y más del 80% de la población rural depende de éstas para su total suministro (Environment Canada, 2004), Canadá se enfrenta a numerosos desafíos hídricos: sobreexplotación y contaminación de aguas subterráneas, los contaminantes emergentes, el lobbie del agua embotellada o el deshielo de glaciares.
Para hacer frente a todos ellos, el Gobierno de Canadá adopta un planteamiento adaptativo, integrador y participativo para la gobernanza del agua, con el objetivo de tratar de manera proactiva los problemas hídricos estratégicos existentes y futuros (FCCyT, 2012).
