La planta de desalación Claude “Bud” Lewis, en Carlsbad, California, es la desaladora de mayor tamaño de Estados Unidos. Desde que entró en funcionamiento en el año 2015, produce unos 189 millones de litros de agua al día mediante tecnología avanzada de gran eficiencia energética. Ese volumen, el 10% del volumen abastecido en el condado de San Diego, es suficiente para abastecer a aproximadamente 400.000 personas.
Desarrollada como un proyecto de colaboración público-privada, la planta ha obtenido varios premios por su diseño, implantación y eficiencia energética. Se nombró en honor a Claude “Bud” Lewis, alcalde de Carlsbad durante 24 años, defensor incansable de proyectos para garantizar la seguridad del abastecimiento.
El pasado mes de marzo, saltó a los titulares cuando miembros de la plantilla se confinaron en las instalaciones para garantizar su funcionamiento durante la pandemia de coronavirus en EE. UU. Un equipo inicial de diez trabajadores se puso en cuarentena en la planta durante tres semanas, supervisando estas instalaciones críticas. El plan de confinamiento fue desarrollado en unos 10 días en respuesta a la rápida evolución de la pandemia, según Gilad Cohen, CEO de IDE Americas, empresa responsable de la operación y mantenimiento de la planta. Un segundo equipo tomó el relevo de la operación de la planta y se confinó otras tres semanas hasta finales de abril.
Esta medida para garantizar la seguridad del abastecimiento ha tenido una gran acogida entre la población local: residentes de todas las edades han expresado su apoyo a través de cartas y creativas ilustraciones.