Aún con las secuelas del Huracán Sandy presentes, la ciudad de Nueva York analiza con arquitectos, ingenieros y diseñadores las posibilidades para proteger la Gran Manzana ante la próxima gran tormenta.
Una de las propuestas, valorada en 335 millones de dólares, planea un gran muro de protección camuflado en la infraestructura de la ciudad.