La consejera de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica, Sílvia Paneque y Sureda, colocó la primera piedra de las obras de rehabilitación de la planta potabilizadora del Ter, la mayor de Cataluña, junto con el alcalde de Llinars del Vallès, Martí Pujol, la alcaldesa de la Roca del Vallés, Marta Pujol, y el vicealcalde de Cardedeu, Xavier Orozco, municipios en los que está ubicada esta planta. La potabilizadora presta servicio a cinco millones de personas de la región metropolitana de Barcelona.
La consejera de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica, Sílvia Paneque, ha remarcado la importancia de «ser capaces de llevar a cabo las reformas necesarias para que Cataluña sea también una referencia al ámbito europeo en gestión del agua». La consellera ha recordado que Cataluña «tiene el potencial y los activos para tener como objetivo alejar la amenaza de la sequía lo antes posible de nuestro país». Ha querido agradecer especialmente el trabajo de la Agencia Catalana del Agua (ACA) que ha calificado como «excelente».
Momento de la colocación de la primera piedra.
Infraestructuras más resilientes
La obra, que ejecutará el Ente de Abastecimiento de Agua Ter-Llobregat (ATL), cuenta con un presupuesto de 120 millones de euros, que financia el Banco Europeo de Inversiones (BEI), y consistirá en adaptar las instalaciones en los escenarios derivados del impacto del cambio climático, mejorar la calidad del agua producida, mantener su capacidad de tratamiento y anticiparse a futuros cambios normativos. La previsión es que los trabajos duren unos cuatro años. La consejera ha explicado que «la mejora de la potabilizadora está en la línea del plan del Govern para convertir Cataluña en un país puntero a nivel europeo en la gestión del agua».
Los escenarios cada vez más frecuentes de inestabilidad de precipitación hacen necesaria una evolución del tratamiento de la planta para adaptarla a los tratamientos clásicos de las aguas superficiales de los climas mediterráneos. Por eso, se ampliará línea de tratamiento, incorporando una etapa más de filtración y de ozonización intermedia y construyendo 36 nuevos filtros de carbón activo. De esta forma, la planta tendrá más flexibilidad para trabajar con caudales más bajos, derivados, por ejemplo, de situaciones de sequía, y también para dar cumplimiento a los acuerdos de la Mesa del Ter, que conllevan una reducción del caudal tratado con el objetivo mitigar el impacto del cambio climático sobre este río.
Paneque ha puntualizado que “estas obras aumentarán la calidad del agua tratada, tanto en condiciones normales como en situación de sequía, en la línea de la estrategia del Gobierno para garantizar Cataluña de seguridad hídrica, un recurso indispensable para la vida, medio ambiente y la economía”. «Porque el agua y la energía», ha asegurado, «son dos elementos estratégicos para avanzar en nuestra economía».
La arteria Ter-Trinidad
El Gobierno también ha puesto manos a la obra para acabar con las pérdidas de agua que sufre la tubería que conecta la planta potabilizadora del Ter con la Trinitat, sobre todo a su paso por Badalona y Santa Coloma de Gramenet. El primer paso para conseguirlo es disponer de una conducción alternativa por la que hacer pasar toda el agua que ahora transporta la tubería antigua, para poder dejarla sin servicio y planificar su reparación. Las obras de esta conducción alternativa empezarán también este mes de enero y está previsto que acaben en unos dos años.
El trazado de la nueva tubería transcurrirá en paralelo al Río Besòs, en su margen izquierda, entre los municipios de Sant Fost de Campsentelles, La Llagosta y Montcada i Reixac. La puesta en servicio, a finales de 2026, permitirá recuperar el caudal correspondiente al escape, estimado en 0,2 hm3 anuales. La obra cuenta también con la financiación del BEI, con un presupuesto de 34 millones de euros.