Estados Unidos ha aprobado este pasado martes, 11 de agosto, el que será el mayor plan de infraestructuras en una década en el país, con una inyección de 1’2 billones de dólares. Joe Biden, Presidente de los Estados Unidos, se apunta una victoria tras las arduas negociaciones entre republicanos y demócratas, en un empeño constante de reconducir al país al alivio económico, tras el deterioro que ha provocado la pandemia de la COVID-19.
El plan, que Biden anunció en marzo y preveía inicialmente un paquete de 2’25 billones de dólares, estará destinado principalmente a obras públicas en el país. Así, tras meses de negociaciones, y con 69 votos a favor y 30 en contra en la Cámara Alta, la propuesta impulsada por el ejecutivo para "hacer crecer la economía y crear trabajos bien pagados”, salió adelante.
La mayor parte del presupuesto se centrará en reparación de carreteras, puentes y autopistas, así como en el impulso del ferrocarril de pasajeros y mercancías. Biden retoma así la agenda de la lucha contra el cambio climático, obviada tras el negacionismo de su antecesor en el cargo, Donald Trump, dedicando 7.500 millones de dólares a crear una red de estaciones de recarga de vehículos eléctricos en EE. UU.
En relación a las inversiones hídricas, este paquete destina 55.000 millones de dólares a abordar el reemplazo de las tuberías de plomo y a solventar los problemas con el suministro del agua del país. Se estima que entre 6 y 10 millones de hogares todavía reciben agua potable a través de tuberías de plomo y que las líneas de servicio y los sistemas de agua envejecidos amenazan la salud pública en las comunidades de todo el país.
En su plan de empleo e infraestructura, "The American Jobs Plan”, Biden ya incluyó 111 mil millones de dólares para mejorar los sistemas de agua, y aunque el importe destinado es sustancialmente inferior a la inversión prevista inicialmente, esta inyección permitirá mejorar los sistemas de agua potable, aguas residuales y aguas pluviales, así como invertir en pequeños sistemas de agua rurales y sistemas de aguas residuales y pozos domésticos. Además, el ejecutivo también prevé invertir;47.000 millones de dólares para dar respuesta a las sequías, a los problemas de erosión de la costa, a las olas de calor y a los incendios.
No se espera que esta propuesta de infraestructuras llegue a la Cámara Baja hasta otoño, debido al descanso vacacional del hemiciclo en agosto, no obstante, Nancy Pelosi, Presidenta de la Cámara Baja, ha prometido que no impulsará el texto hasta que el Senado dé luz verde a la iniciativa presupuestaria de gasto social de su partido por valor 3,5 billones de dólares, lo que los demócratas llaman "la infraestructura humana".