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Digitalización en las empresas del agua: del escepticismo al corazón del negocio

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La industria del agua se encuentra inmersa en un viaje sin retorno hacia un futuro digital cada vez más cercano. Quedan lejos ya los tiempos en los que los evangelistas tecnológicos eran vistos como iluminados mientras en los consejos de dirección se mantenía firmemente el inmovilismo del negocio tradicional. Hoy en día, las soluciones inteligentes -sean en forma de software, hardware o analítica-, son el principal campo de innovación en el sector, y concentran un porcentaje creciente de las inversiones para mejorar los servicios.

Estas tendencias obligan a las empresas de agua a ser más ágiles en su adaptación a los entornos cambiantes en los que deben competir. Un buen ejemplo de esta necesaria metamorfosis es Global Omnium, la compañía que dirige el protagonista de nuestra portada, Vicente Fajardo. La temprana e inequívoca apuesta por la digitalización y la innovación tecnológica ha sido tan exitosa que, hoy en día, un ejecutivo como Fajardo afirma convencido que “los gestores de servicios de agua van a dejar de ser empresas hidráulicas para convertirse en empresas de software con gestores hidráulicos”. Una línea discursiva que se repitió de forma contundente en el XX Foro iAgua Magazine, celebrado en la sede madrileña de la Fundación Botín con la participación de entidades líderes como Aqualia, ACCIONA Agua, AQUA España, Schneider Electric o Sensus. Como muestra, una frase de Frank Zamora que ilustra el vértigo que se ha instalado en los profesionales del sector: “es un cambio en la forma de hacer el negocio”. Un vértigo que convive con la ilusión de ser partícipes de un momento apasionante en el que una industria se está transformando por completo.

Esta vigésima entrega de iAgua Magazine pone de manifiesto que el desarrollo tecnológico ofrece la capacidad de multiplicar la eficiencia en la gestión del recurso. Pero para desencadenar ese potencial, se necesita más que nunca de la planificación e inversión adecuadas que garanticen las infraestructuras y los servicios de calidad demandados por la sociedad del siglo XXI. En España, una parte importante de esas responsabilidades recae desde el pasado mes de julio en Hugo Morán, nuevo Secretario de Estado de Medio Ambiente del Ministerio para la Transición Ecológica que dirige Teresa Ribera. En la primera entrevista que concede a un medio del sector, Morán pone sobre la mesa las líneas de actuación de su departamento y apunta a un objetivo prioritario: “lograr un acuerdo básico en materia de agua que no esté sujeto a los cambios de gobierno”. Parece demasiado ambicioso alcanzar -con el precario apoyo de este Gobierno- un consenso que se ha resistido durante décadas. Aún así, estoy convencido de que es un reto en el que colaborarán muchos y relevantes actores. El futuro del agua en nuestro país está en juego.