Hemos hablado ya de las minas de agua del Barranco de Tirajana; de las escalinatas mojadas de la Presa de Soria; de la desconocida Presa de Chira; de la cimentación singular de la Presa de Cuevas Blancas; de las escombreras históricas y con valor que salpican la infraestructura insular [magníficas esculturas de expresión del trabajo realizado]; y de otras muchas cosas extraordinarias que existen en la isla de Gran Canaria - Islas Canarias. Ahora bien, la Presa de la Juradilla no existe y lo vamos a demostrar.
Dice el Cabildo de Gran Canaria, a través de su Consejo Insular del oro líquido [el agua], que la Presa de la Juradilla se localiza en el Barranco del Negro [Municipio de Telde] y tiene 12 metros de altura con cimientos, 10 m de altura sobre cauce, una coronación de 72 m de longitud y 3 m de ancho y que se encuentra en explotación. Lo dice en su Inventario de Presas de 2010. Un trabajo con muchas fotos y poca sustancia técnica [expresión personal]. La cuestión es que la presa que se recoge en la ficha, con el título de PRESA DE LA JURADILLA [página 238], es la Presa de Gómez [en referencia a Don Antonio Gómez Díaz].
La Presa de Gómez, también conocida cómo Presa del Negro o Presa Piedra Molino no tiene nada que ver con la cerrada del muro de presa de La Juradilla, cuyo proyecto no fue ejecutado pero que nos dejó unas interesantes ruinas artificiales en el terreno que aun se pueden observar y analizar en la actualidad. La cosa extraordinaria es que estas ruinas artificiales constituyen otro magnífico yacimiento arqueológico del esfuerzo llevado a cabo en el siglo XX para captar, almacenar y trasvasar el agua hasta los campos de cultivos. En el siguiente plano histórico, donde se recoge el emplazamiento de la Presa de Gómez, al lado del Pozo de los Piticionarios, hemos dibujado un triángulo de localización de la cerrada del Proyecto de la Presa de la Juradilla:
El Proyecto primitivo de la Presa de la Juradilla tiene fecha de enero de 1954 y lo firmó el presista Julio Alonso Urquijo. Se trataba de una presa de mampostería ordinaria [mortero de cal y cemento], de planta circular, 30 m de altura sobre cauce y unos 120 m de longitud de coronación. La capacidad de embalse era de 190.990 metros cúbicos. El patrimonio documental del agua dice que este proyecto fue transferido al Cabildo Insular de Gran Canaria en 1967. Aportamos un dibujo del perfil tipo del muro:
Sabemos por el Ingeniero de Vigilancia de Presas Manuel Alonso Franco [un maestro de presas] que en septiembre de 1972, durante las labores de replanteo de la obra, el Servicio Geológico de Obras Públicas [SGOP] observó la existencia de una colada de basalto muy moderno [y muy cuarteado] en el fondo de la cerrada y planteó la posibilidad de que existiera debajo de la colada material sedimentario. Se comenzó entonces una serie corta de sondeos en la cerrada para investigar el terreno [algo parecido a lo que se va a realizar en 2016 en la Presa de Chira por parte de REE para el Proyecto de la Central Hidroeléctrica Soria - Chira].
En abril de 1973 Alonso Franco visitó la cerrada en compañía de otro maestro, el Ingeniero José Sáenz de Oiza. Tal y como recogió en una nota informativa de enero 1974, los resultados [de los sondeos] sobre la permeabilidad de la colada eran más optimistas de lo que se presumía. Tomaron la decisión de hacer una zanja transversal al cauce, en el lugar de la cerrada y que atravesara la colada, cuyo espesor, no grande, se había determinado por los sondeos.
En diciembre de 1973 Alonso Franco realizó una nueva visita a la cerrada con el objeto de reconocer el terreno de cimentación a través de la zanja realizada: con 8 metros de profundidad máxima. Aportamos el corte esquemático de la naturaleza y disposición de los distintos terrenos que fue realizado por el Geólogo del SGOP Carlos Martínez Terroba:
La zanja confirmó que debajo de la colada moderna de basalto había un pie de monte sin consolidar y que una formación escoriácea, de escasa competencia para la cimentación de la presa proyectada, es la que predomina en la zona del cauce. Su calidad no parece mejorar con la profundidad, según puede apreciarse en el pozo abierto. Por consiguiente, Vigilancia de Presas consideró que no era prudente construir la presa proyectada. Consideraron que una presa de materiales sueltos [de escollera con núcleo impermeable] era la mejor solución frente a los problemas encontrados en el terreno, pero primero había que realizar un nuevo estudio de la obra, especialmente la permeabilidad de la cerrada y la ladera derecha.
En definitiva, la Presa de la Juradilla no existe. Pero si existen las ruinas artificiales de aquellos trabajos de construcción e investigación llevados a cabo a principios de la década de 1970, hace más de 40 años. Incluso estructuras auxiliares:
Observación y análisis de las cosas extraordinarias del agua que dan, a este oasis insular, una mayor profundidad histórica de lo nuestro. Nuestras ruinas artificiales del agua no necesitan centros de interpretación de nuestra cultura: el paisaje de Gran Canaria lo dice todo.