La Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore) ha propuesto que el caudal máximo generador sea como máximo el 0,10% del volumen anual embalsado y nunca superior a las crecidas ordinarias del río en ese mes, tal y como consta en las alegaciones al Real Decreto sobre los futuros planes hidrológicos presentadas el pasado viernes.
Los regantes explican que el caudal máximo generador es otro componente de los caudales ecológicos en los que España quiere ser pionero en Europa a pesar de ser un país seco con importantes sequías y un grave riesgo de desertificación. Su objetivo es liberar un caudal muy importante de agua que simule una crecida o inundación natural para acercar el río al régimen natural reduciendo la regulación de los embalses y, por tanto, la disponibilidad y garantía del agua. Y aclaran que el caudal ecológico se compone de estos caudales generadores, de los caudales mínimos y de las tasas de cambio.
En este documento, los regantes han planteado que la liberación de los caudales se realice sólo cuando exista capacidad de regulación disponible aguas abajo, el sistema de explotación se encuentre en situación de normalidad y se disponga de reservas superiores a la media de los últimos 10 años y por un plazo máximo de 24 horas.
Más prudencia
En cualquier caso, los regantes consideran que la sostenibilidad ambiental debe ir acompañada de la sostenibilidad económica y social, por lo que cada Plan Hidrológico tendría que analizar de manera completa y rigurosa los efectos de los caudales ecológicos. De ahí su recomendación de actuar con prudencia en el establecimiento de estos caudales, que a su juicio no pueden crecer en todos los planes hidrológicos.
En este marco, Fenacore reitera la necesidad de realizar un estudio previo de los beneficios para la biodiversidad la aplicación de los caudales ecológicos y un examen jurídico de lo que supondría para las concesiones vigentes. Y remarca que su implantación requiere análisis hidrológicos y económicos previos, puesto que no es gratuita: tienen costes sociales y económicos que la sociedad debe conocer con transparencia.
En este sentido, los regantes defienden que la liberación de caudales se haga previa deliberación de las Comisiones de Desembalse, buscando ocasionar los menores perjuicios socioeconómicos y las menores pérdidas de garantía y disponibilidad de agua.
En paralelo, Fenacore permitiría acordar el aplazamiento del momento de liberación de los caudales si la aportación de estas crecidas correspondiese en un momento en que el territorio implicado estuviera en situación de prealerta, alerta o sequía prolongada por problemas de escasez de agua.
Sea como fuere, Fenacore ha inscrito en el manifiesto para la movilización del próximo 20 de marzo la petición de que los planes hidrológicos garanticen el futuro de los regadíos para asegurar el agua para el riego. La Federación sostiene que los nuevos planos hidrológicos no se pueden aprobar en primavera sin haber considerado las alegaciones ni la valoración experta del regadío: un sector que podría ser discriminado a pesar de aglutinar al 70% de los usuarios del agua.
Una planificación desenfocada
Los regantes reiteran que la planificación hidrológica está desenfocada al anteponer el extremismo ecologista a la satisfacción de las necesidades del agua para la producción de alimentos, como ya hicieron saber por carta al Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Además de la revisión de los planes hidrológicos, en la manifestación a la que asistirán junto al resto de Asociaciones Agrarias, las Cooperativas y el conjunto de representantes de la España rural, pedirán más inversión en obras de regulación, el abaratamiento de la factura eléctrica y la modernización de los sistemas de riego.