Expertos de la Universidad de Flinders en Australia advierten que los sistemas y la legislación actuales no siempre están respaldados por estudios científicos sólidos o las mejores prácticas en el ámbito de la salud pública.
El profesor Richard Bentham, coautor de un nuevo artículo sobre el riesgo para la salud pública que supone la contaminación del agua potable por metales pesados y microorganismos en Australia (Public health risks associated with heavy metal and microbial contamination of drinking water in Australia), señala que existen incoherencias en la gestión de Legionella y otros contaminantes, tanto en Australia como en otras jurisdicciones.
De hecho, algunos cambios normativos en principio positivos pueden conducir a otros problemas. Como ejemplo Bentham cita la eliminación de tuberías y grifos que contienen plomo, una medida recientemente introducida en colegios del estado de Victoria, que podría inadvertidamente aumentar el riesgo de contaminación por microorganismos patógenos oportunistas.
Los autores recomiendan que la investigación sobre materiales a utilizar en fontanería tenga en cuenta el efecto sobre microorganismos patógenos oportunistas como micobacterias no tuberculosas, que pueden causar enfermedades pulmonares importantes, antes de cualquier cambio legislativo. Señalan que se desconocen las complejidades de la relación entre la calidad del agua, materiales de construcción, contaminación por microorganismos, y riesgos para la salud pública. Por ejemplo, actualmente existe escasa evidencia científica que apoye la eliminación de accesorios de latón como medida para reducir la exposición al plomo.
El artículo concluye que cualquier cambio en la normativa sobre los materiales a utilizar en las infraestructuras en contacto con el agua potable debe basarse en la evidencia científica y tener en cuenta todos los posibles riesgos para la salud pública.
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