La ciudad de Miragoâne, al suroeste de Haití enfrenta varios problemas para poder asegurar el derecho humano al agua potable. Por un lado, cuenta con una red obsoleta de distribución con numerosas fugas que provoca una alta cantidad de pérdidas y que hace que el servicio sea intermitente. Por otro, existe un depósito de agua que ha sido superado en cota por los nuevos asentamientos de la ciudad, por lo que el servicio no llega a estas nuevas zonas como ocurría en las zonas más bajas. Por último, se está evidenciando la pérdida de caudal de uno de los manantiales que abastece la ciudad.
Por todo ello, personal técnico de la Agencia Española de Cooperación se trasladó en el mes de febrero a la localidad para evaluar junto con la Dirección Nacional de Agua Potable y Saneamiento (DINEPA) la situación actual del sistema y las posibles soluciones técnicas, en el marco de un programa bilateral de colaboración que beneficia a Miragoâne y a otras 11 grandes ciudades y casi medio millón de personas.
La cooperación española, en el año 2018, ya apoyó a la DINEPA con la construcción de una nueva línea de aducción de 8 kilómetros desde un manantial con el objetivo de aumentar la cantidad de agua.
La DINEPA y la Cooperación Española han acordado comenzar abordando el primero de los problemas, para lo que ya está en marcha la elaboración de un anteproyecto para la rehabilitación de la red de distribución de agua. Está previsto que los trabajos comiencen a finales del año 2020.
120 millones en Haití
Haití es el país más beneficiado por Fondo del Agua de la Cooperación. La falta de agua potable y saneamiento en Haití es responsable de gran cantidad de enfermedades como la diarrea, la fiebre tifoidea y el cólera.
Desde diciembre de 2007, España ha comprometido 120 millones de euros en proyectos de agua y saneamiento en las zonas prioritarias y priorizando a los barrios más vulnerables, siendo el país el mayor receptor de donaciones del Fondo.
Para mejorar la calidad y ampliar la cobertura de los servicios de agua, Haití ha acometido una profunda reforma en el sector de agua y saneamiento en la que la AECID, a través del Fondo del Agua, juega un papel clave. La reforma, que regulará y ordenará estos servicios, tiene como uno de los objetivos principales implicar a la población a todos los niveles y fortalecer las instituciones encargadas de gestionar el agua.
