(LaRioja.org) El consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente asegura que los incumplimientos del plan anterior ha perjudicado los usos y aprovechamientos, así como la puesta en marcha de de nuevos regadíos
“La Rioja ha sido siempre una firme defensora de la unidad de cuenca en el Ebro por encima de sus intereses particulares”, ha asegurado el consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, Iñigo Nagore, quien ha exigido hoy por una adecuada planificación hidrológica que “venga a paliar el déficit de inversiones en la Comunidad Autónoma derivado de los incumplimientos del actual Plan Hidrológico, que no ha ejecutado ninguna de las obras previstas, y responda a las necesidades en materia de usos y aprovechamientos de agua”.
Nagore ha realizado estas declaraciones durante su intervención en una mesa redonda en las que las comunidades autónomas de Aragón, Valencia, Navarra y La Rioja han debatido sobre el Plan Hidrológico de la cuenca del Ebro, dentro de una jornada de trabajo organizada por Riegos del Alto Aragón en el Palacio de Congresos de Huesca.
El nuevo Plan Hidrológico del Ebro “debe ser un instrumento de planificación serio, riguroso, objetivo, y comprometido”, ha defendido Nagore, por lo que tiene que tener como objetivos la satisfacción de todas las demandas de agua (urbano, agrario, industrial y energético) asegurando el equilibrio del desarrollo regional y sectorial; y la consecución del buen estado de las masas de agua y la adecuada protección del dominio publico hidráulico y del agua.
No obstante, el consejero de Agricultura y Medio Ambiente ha subrayado que “debemos ser conscientes” de que en la cuenca del Ebro existe un déficit de capacidad de regulación y que las regulaciones en las cabeceras de los ríos son imprescindibles para la gestión integral de toda la demarcación y para que la implantación de las actividades económicas en cualquier parte del territorio no se vean condicionadas por la falta de disponibilidad de recursos.
Respecto a la situación de la Comunidad Autónoma, Nagore ha explicado que en La Rioja existe un acusado desequilibrio en la demanda a lo largo del año y una desigual distribución territorial entre los recursos disponibles y las necesidades de agua para atender todos los usos. “Esto ha provocado que muchas inversiones deseables para la puesta en marcha de nuevos regadíos, en su mayoría con destino a cultivos de alto valor añadido como el viñedo, no hayan podido realizarse ante la frustración de los agricultores riojanos”.
Este déficit estructural, ha añadido, “se ha visto agudizado al no haberse ejecutado casi ninguna de las obras previstas en el Plan Hidrológico del año 98, algo que ha condicionado los usos y aprovechamientos sostenibles presentes y futuros”. De ahí que las demandas de La Rioja para no volver a salir perjudicados por una aplicación restrictiva de concesiones administrativas “esté justificada”.
Por último, Iñigo Nagore ha advertido sobre la hiper-irregularidad del régimen de lluvias que puede provocar el cambio climático y que afecta “con bastante más virulencia en la margen derecha de la cuenca que es la menos y peor regulada”. En este sentido, urge la necesidad de incrementar la capacidad de regulación en las cabeceras de los ríos y de que su sistema de explotación pase a ser en régimen super-anual.