(CHG) El presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, Manuel Romero Ortiz, ha visitado la zona arrocera de Sevilla con el objetivo de conocer de primera mano el funcionamiento de esta zona regable. Durante su visita ha estado acompañado por el presidente de la Federación de Arrocera de Sevilla, Julián Borja, que le ha mostrado diversas comunidades de regantes, los sistemas de captación y distribución de los caudales para riego y el molino arrocero de la Cooperativa Arrozúa.
Manuel Romero ha valorado el esfuerzo realizado por los arroceros en los momentos de dificultades provocadas por la escasez del agua o por la subida de los niveles de salinidad. En este sentido, ha subrayado que el sector arrocero de Sevilla es un punto muy significativo para la economía de la provincia. Por ello, el presidente ha destacado que el proyecto de mejora de la infraestructura hidráulica de transporte para el aumento de la eficiencia hidráulica en el riego de la zona arrocera es un proyecto de gran relevancia, fundamental para rentabilizar estos cultivos y para permitir un ahorro de agua en la cuenca del Guadalquivir de más de 100 Hm3.
Así, el presidente de ha asegurado que la Confederación está trabajando en la redacción del proyecto para la mejora de la eficiencia en la zona arrocera. Para ello ha solicitado la colaboración de los arroceros “para que juntos realicemos un proyecto de acuerdo a las necesidades y que se ajuste a la realidad económica actual”. En este sentido, Romero ha asegurado que la redacción del proyecto estará terminada a final de este año. No obstante, para la ejecución de dicho proyecto se deberá buscar la financiación necesaria.
Por su parte, el presidente de la Federación de Arroceros de Sevilla, Julián Borja, reivindicó la redacción de un proyecto que recoja las necesidades de todo el sector, “un proyecto que asegure un agua de calidad, que no esté sujeta a los vaivenes naturales de las subidas y bajadas de las mareas, que llegan, como ocurrió en la campaña de 2007, hasta 7,44 gramos de sal por litro de agua, produciendo en ese año unas cuantiosas pérdidas económicas que superaron los 2.000 Kg./Ha de arroz”, puntualizó.