(WWF) Técnicos de WWF han podido constatar sobre el terreno la puesta en riego de una nueva finca agrícola en los alrededores de Matalagrana (Almonte, Huelva), en una zona donde desde hace años el acuífero marca descensos importantes, según los datos que la propia Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ha presentado recientemente.
WWF lleva siguiendo desde el pasado verano la transformación de una nueva finca, de aproximadamente 16 hectáreas, en la zona de Matalagrana, con la enorme preocupación de los vecinos del lugar. En sus últimas inspecciones, los técnicos de la organización han podido constatar la puesta en riego de la totalidad de la explotación.
Según el Plan de Ordenación Territorial del Ámbito de Doñana (POTAD) está finca está considerada como un terreno para cultivos extensivos de secano y, como han confirmado responsables de Comisaría del Guadalquivir, la finca tiene autorización para regar apenas 3 ha y no 16 ha, como se está haciendo.
La zona conocida como Matalagrana (finca pública y otras privadas aledañas) es un paraje situado en las inmediaciones de El Rocío, junto al arroyo de La Rocina y La Cañada.
En esta zona se alternan fincas agrícolas que utilizan agua de forma legal, con otras que no cuentan con permiso para extraer agua pero que fueron cedidas a los agricultores para tal fin, y otras que han transformado la superficie de secano a regadío sin ningún tipo de permiso después del POTAD (caso Tierras Tiesas y La Cañada - Reales).
Matalagrana se encuentra en la llamada Zona I del Plan Hidrológico de Cuenca y del POTAD. Se trata de una zona de descarga del acuífero sobre las marismas, de vital importancia ambiental. Por esta razón está prohibido abrir y legalizar nuevas extracciones de agua para regadío.
WWF pide a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir que actúe de manera urgente para el cierre de las hectáreas de terreno regadas sin permiso y vigile que no superen el caudal asignado.
Eva Hernández, Responsable del Programa de Aguas Continentales de WWF España comenta:
“Tras las últimas declaraciones de varios responsables políticos, en las que se solicita la amnistía a los pozos ilegales, es obvio que los políticos se empeñan en ignorar el problema del uso ilegal del agua y las graves repercusiones que causa a nivel ambiental y económico. Pero en el caso que acabamos de descubrir vemos que las ilegalidades y la competencia desleal no sólo continúan sino que aumentan. Y como consecuencia, el acuífero del que bebe tanto el parque Nacional, como los cultivos y los habitantes de la zona, está cada día en peor estado”.
Felipe Fuentelsaz, responsable de WWF en Doñana explica: “La Administración no es capaz de poner freno al crecimiento agrícola descontrolado. El problema continua y tenemos que actuar ya”. Y añade, “El robo del agua es un claro ejemplo de competencia desleal, porque daña económicamente al resto de agricultores legales y desprestigia la imagen de la agricultura de la zona, poniendo en riesgo sus ventas en los mercados europeos”.