Con una capacidad de generación de 69 megavatios (MW), se inauguró en el departamento de Cochabamba la segunda fase de la planta Hidroeléctrica San José, financiada por CAF -banco de desarrollo de América Latina- y el Estado Plurinacional de Bolivia, a través del Banco Central de Bolivia (BCB); la misma que tiene el propósito de satisfacer la creciente demanda energética del país e incrementar los niveles de confiabilidad y seguridad del suministro eléctrico futuro.
El acto se desarrolló en el municipio de Colomi, en la región de San José, con la presencia del presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales, autoridades de gobierno, representantes de CAF, empresarios privados de Cochabamba, asambleístas departamentales y nacionales, trabajadores de ENDE y pobladores del lugar. En su discurso el primer mandatario recordó el desafio que tiene el gobierno de invertir en energía limpia como la eólica, solar, geotérmica y principalmente en hidroeléctricas. Aseguró que hoy al país le sobra energía y que se está preparando para la exportación.
La nueva central hidroeléctrica, San José 2, complementa a la primera fase del proyecto (San José 1 de 55 MW) inaugurada a fines del año 2018, e incrementa la capacidad de generación de energía a un total 124 MW, volumen que será destinado al Sistema Interconectado Nacional (SIN) y que equivale a cubrir el 10% de la demanda interna de electricidad. El costo total de la obra fue de US$ 287,52 millones, de los cuales CAF financió el 33% (US$ 94,88 millones).
“Somos un socio estratégico que promueve el desarrollo sostenible de nuestros países miembros a través de proyectos como esta hidroeléctrica que genera energía limpia y mejorará la calidad de vida de más de 700 mil personas e impulsará la actividad industrial y los proyectos de exportación que tiene el país”, señaló la representante de CAF en Bolivia, Gladis Genua.
El Plan Óptimo de Expansión del Sistema Interconectado Nacional 2012 - 2022 (POES), catalogó al Proyecto Hidroeléctrico San José como el más ventajoso para los intereses del país, dado el aprovechamiento que hace de las aguas turbinadas provenientes de las centrales de Corani y Santa Isabel.
Esta hidroeléctrica contribuye a superar las reservas de energía eléctrica, tal como lo exigen las normas, y garantizará la estabilidad y confiabilidad del sistema eléctrico nacional; además permite el ahorro (166,7 millones de metros cúbicos en ciclo combinado y 214,5 millones de metros cúbicos en generación térmica) de 7,81 miles de millones de pies cúbicos de gas –al utilizarse menos las generadoras termoeléctricas– que podrán ser dirigidas al mercado de exportación, generando importantes divisas para el país. La planta de San José también generará más de 1.000 empleos directos y disminuirá las emisiones de CO2 de la región.
Asimismo esta obra permite diversificar la matriz energética boliviana, incrementando los proyectos de energías renovables; y ampliar la capacidad de cobertura eléctrica a nivel nacional, a través del incremento de la potencia disponible en el SIN.
La generación de esta hidroeléctrica representa aproximadamente 25% de la capacidad de generación hídrica, convirtiendo al futuro complejo Corani-Santa Isabel-San José, en el más grande de Bolivia, ya que ahora aporta un volumen de energía cercano al 20% de la capacidad de generación actual del país.
