La Confederación Hidrográfica del Ebro informa que el próximo miércoles, 20 de junio, ha autorizado la realización de una crecida controlada aguas abajo del sistema de embalses Mequinenza-Ribarroja-Flix, en Tarragona. Este desembalse cumple el protocolo fijado con Endesa para intentar frenar el fuerte desarrollo de la vegetación acuática (macrófitos) en el río Ebro en su tramo inferior.
La operación se desarrollará, según lo previsto, entre las 07.00 horas y las 17.00 horas del 20 de junio y el caudal máximo que se alcanzará es de 1.350 m³/s. Este desembalse se puede seguir a través de la página web de la Confederación Hidrográfica del Ebro, www.chebro.es en el enlace del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH).
Estos desembalses se realizan normalmente en primavera y otoño, en función de la disponibilidad del recurso y se controlan para no causar afecciones aguas abajo. Los efectos de la crecida de los caudales, que se realizará de forma progresiva partiendo de los caudales circulantes a la hora fijada para el comienzo, se notarán principalmente en el meandro de Flix, Ascó y Vinebre. A partir de Mora d´Ebre la laminación natural de la crecida disminuirá su efecto.
El Organismo de Cuenca busca con esta acción recrear el efecto natural de los caudales de crecida necesarios para evitar estas proliferaciones.
La Confederación ha realizado seguimientos de la presencia de plantas acuáticas, principalmente en este tramo bajo del Ebro y controla anualmente la población de macrófitos en los desembalses controlados, siguiendo su nivel de cobertura antes y después de cada crecida programada.
Como novedades este año se van a desarrollar nuevos estudios en el tramo afectado antes y después de esta crecida y también es de destacar que se ha ampliado el control a otras zonas afectadas, como el tramo medio del Ebro, en el entorno de Zaragoza, donde al no existir embalses reguladores aguas arriba, no se pueden poner en marcha medidas como la descrita.
Hay que recordar, además, que la Confederación sigue participando junto a Endesa, la Asociación Nuclear Ascó-Vandellós (ANAV), expertos de la Universidad de Lleida y de la Universidad de Girona, en un grupo de trabajo para estudiar el problema del avance de los macrófitos en este tramo de río y el efecto sobre ellos de estos desembalses controlados.
Prueba experimental
Este año, siguiendo la línea de trabajos de control y seguimientos que realizan antes y después de las crecidas, se va a desarrollar una prueba experimental que pretende recabar más información sobre la efectividad del efecto arrastre del desembalse.
Esta prueba ha sido diseñada y promovida por este grupo general de trabajo y consiste en la instalación de falsos sedimentos anclados en el lecho del río y que han sido marcados para su fácil reconocimiento. La instalación de los mismos será ejecutada por los buzos de los GEAS (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil).
Tras el desembalse, se realizará un seguimiento a lo largo del cauce comprobando los arrastres conseguidos.