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Existen 3.750.000 ha de regadío, aproximadamente el 16% de la superficie agraria útil, que genera en torno al 60% de la producción final agrícola
El programa instrumenta la Política de Regadíos del Gobierno bajo los principios de sostenibilidad ambiental, económica, social y territorial, teniendo en cuenta la situación de los mercados, los condicionamientos y limitaciones de la Política Agraria Común (PAC) y la eficiencia energética, y formula el conjunto de actuaciones que el Departamento está llevando a cabo en el marco de su planificación en materia de regadíos, en coordinación con la planificación hidrológica.
Existen 3.750.000 ha de regadío, aproximadamente el 16% de la superficie agraria útil, que genera en torno al 60% de la producción final agrícola. El regadío es una actividad económica con una importante componente social y se trata, por tanto, de un instrumento de mejora y desarrollo para el sector agrícola y el medio rural, que lo convierte en un vector de desarrollo.
Entre la planificación vigente del Departamento se encuentra el Plan Nacional de Regadíos, cuyos objetivos son los siguientes:
- Contribuir a consolidar un sistema agroalimentario nacional diversificado y competitivo en el marco de la Política Agraria Común y de la evolución de los mercados.
- Mejorar el nivel socioeconómico de los agricultores, incrementando la productividad del trabajo y la renta de las explotaciones agrarias.
- Vertebrar el territorio evitando o reduciendo los procesos de pérdida de población, abandono y envejecimiento de las zonas rurales.
- Modernizar las infraestructuras de distribución, aplicación del agua de riego para racionalizar el uso de los recursos, reducir la contaminación de origen agrario de las aguas superficiales y subterráneas y promover innovaciones en los sistemas de riego para reducir los consumos de agua.
- Incorporar criterios ambientales en la gestión de las zonas de regadíos a fin de evitar la degradación de las tierras, favorecer la recuperación de acuíferos y espacios naturales valiosos, proteger la biodiversidad y los espacios rurales y reducir los procesos de desertización.
- Establecer criterios para el ahorro energético.
El Plan Nacional de Regadíos incluye las siguientes actuaciones:
- Consolidación y mejora de regadíos existentes.
- Regadíos en ejecución.
- Nuevos regadíos.
- Formación.
- Evaluación permanente de los sistemas de riego.
- Vigilancia ambiental.
- Mejora de la gestión y el uso del agua de riego.
- Control, seguimiento, evaluación y revisión del Plan.
La falta de eficiencia en nuestras zonas regables, diseñadas y explotadas con criterios del siglo pasado, ha hecho necesario el desarrollo de varios programas de actuaciones para incorporar a los regantes a la sociedad de la información, mediante la implantación de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, optimizando el uso del agua disponible mediante la modernización del sistema global de riego y, sobre todo, aumentando la productividad de las explotaciones dentro de un marco de desarrollo sostenible.
El Plan Nacional de Regadíos constituye, en consecuencia, un instrumento básico para el desarrollo de la política de regadíos. Dado el tiempo transcurrido desde su puesta en marcha, se hace necesaria una nueva orientación más acorde con las necesidades y sensibilidades actuales y en particular, con las ambientales. Por ello la necesidad de ahorrar agua a la hora de modernizar los regadíos, así como la de incorporar recursos no convencionales al sistema de riego, como son las aguas procedentes de la desalación y las regeneradas se han convertido en un objetivo prioritario, todo ello, enmarcado por los criterios de sostenibilidad ambiental, social, económica y territorial.
Otro instrumento de planificación lo constituye el Real Decreto 287/2006, de 10 de marzo, por el que se regulan las obras urgentes de mejora y consolidación de regadíos, con objeto de obtener un adecuado ahorro de agua que palie los daños producidos por la sequía; es el instrumento imprescindible para actuar de la manera más urgente posible en la mejora, consolidación y modernización de regadíos, con objeto de conseguir una reducción en los consumos unitarios asociados y, complementariamente, conseguir minimizar la incidencia de la reducción en la disponibilidad de agua agregada sobre el sector.
La inversión total que requieren las actuaciones del Departamento en el Real Decreto 287/2006, asciende a 1.017 millones de euros, de los que 711,5 millones de euros son de inversión pública, afectando las actuaciones a 253.035 ha y 290.000 regantes, y produciendo un ahorro estimado de agua de 503 hm3 /año.
La tipología de las actuaciones que se contemplan, implica la necesidad de ejecutar obras al menos hasta el año 2017, al desarrollarse éstas en varias anualidades.
El programa se desarrolla a través de los siguientes subprogramas:
- 414A.1. Regadíos en Zonas Regables en ejecución.
- 414A.2. Regadíos de carácter social y privados.
- 414A.3. Consolidación y mejora de regadíos.
- 414A.4. Tecnología de regadíos. Seguimiento y actualización.