ICEX España Exportación e Inversiones es una entidad pública empresarial de ámbito nacional que tiene como misión promover la internacionalización de las empresas españolas y la promoción de la inversión extranjera.
Araceli Iniesta Alonso-Sañudo, responsable del sector del agua en ICEX, nos habla en esta entrevista del papel de las empresas españolas en materia de desalación, así como las oportunidades de negocio que se presentan para ellas en el futuro próximo.
¿Cuáles son los principales países en los que las empresas españolas del sector del agua tienen más oportunidades en materia de desalación?
En un contexto en el que se espera un enorme crecimiento de la demanda de agua en todo el mundo por el aumento de la población, la escasez crónica de recursos hídricos y los efectos del cambio climático, las soluciones pasan por una mejor gestión del agua y la búsqueda de fuentes alternativas, entre las que destacan la reutilización de aguas regeneradas y la desalación.
Respecto a la desalación, en la actualidad existen unas 20,000 plantas de desalinización en todo el mundo con capacidad para producir casi 100 millones de metros cúbicos de agua al día y muchas de ellas han sido proyectadas y/o construidas y/o están siendo operadas por empresas españolas, algunas de las cuales están en el top 10 de este sector.
Sin embargo, esas plantas satisfacen solo entre el 1 y 3% de la necesidad de agua potable a nivel mundial lo que deja un margen de incremento extraordinario.
El 70% de las plantas se encuentran en países ricos y el 0,1% en los 100 menos desarrollados. Entre los primeros destacan Estados Unidos con el 10% o España con el 5,7% (más de la mitad de las desaladoras que hay en Europa). Pero la mayor concentración regional se encuentra en Oriente Medio: Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Israel, Kuwait y Catar acaparan un tercio de las instalaciones.
"En la actualidad existen unas 20,000 plantas de desalinización en todo el mundo con capacidad para producir casi 100 millones de metros cúbicos de agua al día"
Dos de las plantas desalinizadoras más grandes del mundo se encuentran en Israel: Sorek, ubicada cerca de Tel Aviv se inauguró en el 2013 y tiene una capacidad de tratamiento de agua de 624.000 m³/día. En Arabia Saudí se encuentra Ras Al Khair con más de un millón de m³/día; y Shuaiba 3 y la planta de Jubail Water and Power Company, con más de 800.000 m³/día cada una. Taweelah en EAU con unos 909.200 m³/día, construida por TEDAGUA, es otra de las mas grandes desaladoras del mundo.
Los países árabes, del Mediterráneo y del Norte de África concentran no solo las desaladoras más grandes del mundo sino también los grandes proyectos de desalación y aunque el mercado está en cierto modo saturado, las empresas españolas siguen teniendo grandes expectativas de crecimiento en el área con grandes proyectos en perspectiva, como Sorek 2 en Israel.
Por otra parte, América Latina se está convirtiendo en un mercado emergente en la desalinización, aunque sus cifras son aún mucho menores. En la actualidad, aunque hay desaladoras en toda Latinoamérica, la mayoría son pequeñas y operan para el sector industrial lo que ofrece un amplio margen para el abastecimiento de agua potable para consumo humano.
Chile y México encabezan ese desarrollo; en Chile hay nueve desaladoras operativas, cuatro en construcción, tres proyectadas y ocho en aprobación o calificación ambiental, estrategia propulsada por nuevas legislaciones como la que prohíbe el uso de agua dulce en la industria minera.
Perú -con el proyecto Tía Maria Mina de Cobre- y México -con varios proyectos en Baja California- son algunos ejemplos de los proyectos en marcha en LATAM. También Brasil tiene planeadas plantas de desalinización para consumo humano.
Fuera de las áreas mencionadas cabe señalar Australia e India también con importantes proyectos.
Según un estudio de World Resources Institute, para 2040 Perú y Chile, junto a EE.UU., Sudáfrica, Australia, India y regiones como Medio Oriente o la costa norte de África formen parte del grupo de 33 países que enfrentarán estrés hídrico severo, es lógico pensar que la desalación será una de las fuentes alternativas a las que habrá que acudir.
¿Qué perspectivas cree que tiene el sector del agua en estos países a medio y largo plazo?
Sin duda aumentará la preocupación por la planificación, por tratar de reducir el consumo de agua, la búsqueda de fuentes alternativas, la incorporación de la transformación digital, la racionalización en el uso de la energía, la reducción de los impactos ambientales, la racionalización en la gestión, etc., son todos ellos aspectos que protagonizarán el sector del agua en los próximos años a nivel internacional en un contexto de alta competitividad para las empresas.
El margen de crecimiento para la desalación en todo el mundo es grande y las empresas españolas están bien posicionadas en el sector ocupando muchas de ellas lugares muy destacados en el ranking de las grandes empresas internacionales.
Sin duda, el contexto será de una gran competencia, no solo en términos de calidad con las empresas europeas y norteamericanas sino también en precio, con la competencia de las empresas chinas y del sudeste asiático.
¿En qué aspectos deberían poner el foco las empresas españolas?
Lo que preocupó durante muchos años, que fue la disminución del precio por metro cúbico de agua producida, ha llegado prácticamente a su limite inferior por lo que en la actualidad son dos los retos a los que se enfrenta el sector a nivel mundial. A resolver estos retos es a lo que deben dirigir sus esfuerzos las empresas españolas:
- Disminuir el consumo de energía para garantizar la sostenibilidad de las plantas e incorporar el uso de renovables (eólica o solar) como fuente de energía.
- Reducir el impacto de la salmuera. En general, las plantas desalinizadoras tienen asociados 2 impactos ambientales: la generación de CO2y el vertido de salmueras. Respecto a los efectos de este último, los impactos ambientales descritos para estas plantas se agrupan en impactos físico-químicos de la salmuera (salinidad, temperatura y contaminantes) e impactos sobre la biota marina pero actualmente, la investigación y desarrollo tecnológico en materia de desalación es bastante dinámico, enfocándose en lograr procesos más eficientes y sustentables. En la búsqueda de la economía circular, ahora se investigan opciones para aprovechar esa salmuera antes de arrojarla de vuelta al mar. Así surge el brine mining o minería de la salmuera, que busca obtener productos químicos que aporten valor a otras industrias.
En este sentido, la innovación tecnológica, la búsqueda de una mayor eficiencia energética y el logro de la sostenibilidad de las plantas, son algunos aspectos en los que las empresas españolas pueden centrar sus esfuerzos futuros.
