Recientemente, la Comisión de Productividad (Productivity Commission o PC, por sus siglas en inglés), a petición del Gobierno australiano, ha presentado su informe denominado Reforma nacional del agua 2024 (National Water Reform 2024) para evaluar el progreso de la Iniciativa nacional del Agua (National Water Initiative o NWI, por sus siglas en inglés) de 2004. El documento recalca la necesidad de renovar los objetivos de la NWI para hacer frente a los desafíos actuales relacionados con la seguridad hídrica en Australia, especialmente en el contexto del cambio climático y de la creciente demanda de agua.
Una de las principales declaraciones de la Comisión es que el cambio climático está afectando gravemente la disponibilidad de agua en Australia, al hacer que las lluvias sean cada vez una fuente menos fiable. Este hecho se suma a la mayor y más diversa demanda de agua por el crecimiento demográfico, de manera que la planificación para la seguridad hídrica debe convertirse en una prioridad. El informe señala que es crucial considerar la variabilidad climática y los sucesos extremos (como inundaciones, tormentas, incendios forestales, sequías, etc.) en la renovación de la NWI.
Otro aspecto que se ha considerado esencial para la reforma de la NWI es la inclusión de un punto y un objetivo que reconozcan el respeto y la responsabilidad cultural de los pueblos de las Primeras Naciones por el agua. Estos elementos implican una mayor participación y consulta con las comunidades indígenas en la gestión del agua, de modo que se asegure que se consideren tanto sus voces como sus necesidades en las tomas de decisiones.
Una de las principales declaraciones de la Comisión es que el cambio climático está afectando gravemente la disponibilidad de agua en Australia
Aunque ha habido ciertos progresos, todavía existen importantes retos en la implementación de los compromisos de la NWI. En Australia Occidental y el Territorio del Norte, por ejemplo, no se han implementado derechos de agua permanentes establecidos por ley. Además, no todos los estados y territorios australianos han adoptado una regulación económica independiente en cuanto a servicios del agua, lo que afecta a la transferencia y a la eficiencia en la gestión de recursos hídricos.
Asimismo, la inversión en infraestructura hídrica resiliente al clima es otro punto destacado del informe. Se hace énfasis en la necesidad de explorar todas las opciones disponibles, como la desalinización, el reciclaje de agua purificada y la recarga gestionada de acuíferos, evitando así todas aquellas prohibiciones políticas que limiten las alternativas para garantizar la seguridad hídrica.
En cuanto a las recomendaciones planteadas, la Comisión sugiere modernizar y expandir los objetivos de la NWI, integrando la gestión de la calidad del agua, la infraestructura y las expectativas comunitarias. Igualmente, considera que se debe elevar la importancia de los intereses indígenas, asegurando su participación activa en la planificación y toma de decisiones hídricas, como se adelantaba anteriormente. Finalmente, se subraya la necesidad de implementar disposiciones claras y transparentes para la gobernanza de la NWI, con evaluaciones independientes del progreso y una mejor coordinación de los esfuerzos conjuntos.
Por último, se concluye que la renovación de la NWI, en el marco de la Ley del Agua (The Water Act 2007), es esencial para hacer frente a los desafíos actuales y futuros de la gestión del agua en Australia, garantizando la integridad y sostenibilidad de los sistemas hídricos del país.
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