En la última década, Tailandia ha sufrido las peores crisis de inundaciones y sequías de su historia. Los patrones climáticos de norte a sur se han acentuado y el cambio climático está intensificando las oscilaciones del ciclo del agua y los fenómenos meteorológicos extremos en el país. Además, la ineficiente gestión de los recursos está agravando estas crisis hídricas.
En Tailandia los retos de la gestión del agua son cada vez más complejos debido a la rápida urbanización, la contaminación, la destrucción de las vías fluviales y la obsolescencia de las infraestructuras rurales y urbanas. Al no existir una buena coordinación entre las autoridades, la gestión de los recursos hídricos no es óptima. Uno de los principales problemas a los que se enfrenta es la elevada fragmentación del marco institucional, con más de 32 leyes que implican a 40 agencias estatales y 8 comités a nivel nacional.
Otro de los problemas hídricos es la baja calidad del agua, tanto superficial como subterránea, fruto de los vertidos incontrolados del sector agrícola y la industria. Actualmente, Tailandia cuenta con 105 plantas de tratamiento de aguas residuales, donde apenas se trata el 20% del agua.
Mejorar las infraestructuras existentes y construir nuevas plantas de tratamiento de aguas residuales o industriales resulta imprescindible para el país. La inversión pública en este sector se ha incrementado notablemente en los últimos años, especialmente a raíz de las inundaciones de 2011; dentro del Plan de proyectos de inversión conjunta 2020–2027 se han aprobado 6 nuevos proyectos y se está empezando a estudiar la posible construcción de una planta de desalinización en el Golfo de Tailandia.
Mejorar las infraestructuras existentes y construir nuevas plantas de tratamiento de aguas residuales o industriales resulta imprescindible para el país
La forma de participación en los proyectos gubernamentales es a través de Partenariados Público- Privados (PPP). No obstante, las empresas extranjeras tienen limitada su participación al papel de subcontratista o como socios de empresas tailandesas. Con el fin de estimular el desarrollo del sector y la atracción de IED, el Gobierno tailandés ha financiado proyectos realizados por empresas públicas mediante exenciones fiscales y financiación directa.
Respecto a la oferta empresarial, tanto de gestión de plantas como constructoras e ingenierías, es principalmente local. Los grandes grupos constructores tailandeses desarrollan los proyectos de agua, si bien coexisten con algunas empresas europeas, americanas y asiáticas. Sin embargo, los segmentos de la consultoría y el suministro de equipos y soluciones para el tratamiento de aguas son mucho más competitivos, ya que muchas de las principales multinacionales están presentes en Tailandia. El segmento más alto del mercado está copado por las empresas europeas por sus soluciones innovadoras, sin competencia a nivel local.
Si bien existen notables dificultades, las oportunidades de negocio son atractivas y la participación en el sector es posible con los socios locales adecuados. La experiencia y presencia en otros países del Sudeste Asiático es un factor que se tiene en cuenta muy favorablemente. Aun así, es necesario estar implantados y presentes en Tailandia para poder aprovechar las oportunidades.
En cuanto a la percepción del producto español, se identifica el Made in Spain como tecnología puntera y de primer nivel. Las principales oportunidades para la empresa española se encuentran en:
- La desalinización. Se está considerando construir una planta desalinizadora en Rayong para tratar entre 200 y 300 M m3 diarios, aunque el proyecto aún se encuentra en fase de estudio.
- La gestión y tratamiento de aguas residuales.
- La optimización en la gestión de los recursos hídricos actuales.
Más información en nuestro estudio ‘La gestión y el tratamiento de agua en Tailandia 2022’, disponible en www.icex.es y de descarga gratuita.
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