Francesc Ferrer, de LabFerrer, presentó, en Nuevo Regadío Forum 2024, una visión exhaustiva sobre las características y beneficios de las nuevas tecnologías en el riego, demostrando cómo su adopción puede mejorar la eficiencia y sostenibilidad en la gestión del agua en la agricultura.
En su intervención, Ferrer discutió la complejidad de programar el riego de manera científica, abordando preguntas clave como cuándo y cuánto regar, y cómo distribuir el agua a lo largo de la temporada: «En la programación del riego, es esencial considerar la acumulación de sales si se utilizan aguas regeneradas con alta salinidad, además de monitorear el contenido de nitratos en áreas vulnerables», señaló. Con ejemplos prácticos, mostró cómo la combinación de métodos tradicionales y tecnología avanzada puede optimizar el uso del agua.
Ferrer explicó que las sondas de humedad y potencial del suelo son herramientas cruciales para determinar las necesidades hídricas exactas del suelo, mientras que la teledetección y los contadores de agua permiten una medición precisa del consumo de agua y la evaluación en tiempo real de la humedad del suelo. «Toda tecnología requiere un acompañamiento: configuración inicial, tipo de información necesaria, frecuencia temporal y espacial, instalación de sondas». Estas tecnologías permiten a los agricultores ajustar sus prácticas de riego con precisión, reduciendo el desperdicio de agua y mejorando la salud de los cultivos: «Necesitamos una mínima calidad en la sonda, la instalación y el sistema de adquisición de datos para que la información ingresada en cualquier plataforma digital o herramienta de toma de decisiones sea de calidad y trazable».
El kit digital de sondas de humedad de LabFerrer es una solución diseñada para optimizar los procesos de riego, accesible a través de plataformas IoT que operan tanto en la web como en aplicaciones móviles. Ferrer destacó que estas tecnologías no solo facilitan la gestión del riego, sino que también permiten la integración y la interoperabilidad entre diferentes procesos agrícolas, resultando en una gestión más eficaz y holística del agua. Según Ferrer, con estas herramientas se ha establecido una Guía metodológica para el buen uso de sistemas de control de la humedad y conductividad eléctrica del suelo, complementando las Directrices científico-técnicas existentes: «En cuanto al número de sondas por hectárea, si queremos observar tendencias, determinar cambios y tomar decisiones, dependiendo del tipo de suelo y de la variabilidad espacial, un único punto de control de sondas es suficiente para automatizar el riego».
Además, subrayó cómo la digitalización de los procesos, mediante el uso adecuado de sondas de humedad y la estandarización de métodos, puede contribuir significativamente al ahorro de agua y a la sostenibilidad en la agricultura. La implementación de guías metodológicas para el uso de estas tecnologías asegura que su aplicación sea efectiva y beneficiosa tanto para el rendimiento de los cultivos como para la conservación del medio ambiente.
