El acceso universal al agua potable, el saneamiento y la higiene, un derecho humano consagrado en los Objetivos Mundiales de 2030, solo puede alcanzarse si los países controlan y abordan la cuestión de la asequibilidad, según indica un nuevo informe de la OMS y UNICEF.
El informe llega en un momento en el que los impactos económicos de la pandemia de la COVID-19 repercuten en los presupuestos de los hogares y de los países, al tiempo que aumenta la concienciación sobre la importancia de la higiene en la prevención y el control de las infecciones.
Se calcula que 3.000 millones de personas en todo el mundo aún no disponen de instalaciones para lavarse las manos con agua y jabón en casa, y que 2.200 millones de personas no tienen acceso a agua potable. Se ha avanzado poco en la integración de la asequibilidad en el seguimiento nacional y mundial de los servicios de agua, saneamiento e higiene (WASH).
Uno de los problemas es que no existe una definición universalmente acordada de asequibilidad, ni enfoques comúnmente acordados para evaluarla y supervisarla. La asequibilidad va más allá de lo monetario. Por ejemplo, cuando las personas tienen dificultades para acceder a servicios de agua, saneamiento e higiene que cumplan con el estándar mínimo nacional y se encuentren cerca de su casa, también incurren en costes sanitarios, costes de tiempo y costes sociales, gran parte de los cuales recaen sobre las mujeres y los niños.
Puedes descargar el informe completo aquí.