Como recurso vital, el manejo sostenible del agua para el beneficio de los sectores económicos y sociales de un país se ha convertido en algo complejo. La región de América Latina y el Caribe es una de las regiones más expuestas a los efectos del cambio climático y, por su ubicación en el Archipiélago de las Antillas, la República Dominicana no está exenta a estos riesgos.
Gozando de ser la novena economía más grande de América Latina y la mayor de Centroamérica y el Caribe (CIA, 2017), los indicadores de crecimiento económico (superiores a las del conjunto de toda la región), se ven contrastados por un contexto socioeconómico marcado por la exclusión social y el deterioro ambiental. A pesar de contar con un gran sistema natural hidrológico, la falta de infraestructuras y la contaminación afectan de manera notable al acceso al agua potable. Tanto, que el gobierno se ve obligado a distribuir el agua a las distintas provincias, municipios y barrios de manera racionada.
El problema radica en el desorden institucional. Mientras que algunos de los sectores más importantes del país se encuentran regulados, como el eléctrico, el bancario o el de las telecomunicaciones, según el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD), el sector hídrico muestra un gran atraso en materia institucional.
Mientras que algunos de los sectores más importantes del país se encuentran regulados, el sector hídrico muestra un gran atraso en materia institucional
La gestión del agua en República Dominicana
Los antecedentes institucionales del sector del agua en la República Dominicana se remontan a 1845, un año después de la declaración de independencia nacional. Desde entonces, la gestión de los recursos hídricos ha pasado por el control de distintas manos. Los cambios introducidos en la legislación nacional fueron delimitando las atribuciones y responsabilidades institucionales hasta que en 1962 se promulgó la Ley Nº 5852 sobre el “Dominio de Aguas Terrestres y Distribución de Aguas Públicas”, que estableció a la Dirección General de Riego, de la Secretaría de Estado de Agricultura, como entidad responsable del cumplimiento de las disposiciones definidas en la citada ley. Dicha Dirección fue precursora inmediata del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI) y, en ese mismo año, se creó la Comisión Nacional de Irrigación como máxima autoridad de las aguas y control de los ríos.
De esta forma, el INDRHI, bajo el Ministerio de Medio Ambiente, es la máxima Autoridad Nacional del Agua, siendo responsable del manejo de los recursos hídricos y recursos relacionados, así como del diseño, la implementación, la supervisión y la evaluación de programas, proyectos y actividades destinados a controlar y regular el uso de aguas superficiales y subterráneas. Además, la normativa en cuanto a calidad del agua potable es responsabilidad de la Secretaria de Salud Pública a través de su Secretaría de Estado de Salud Pública y Asistencia Social (SESPAS). Por último, en las ciudades más grandes, los servicios de agua y saneamiento son proporcionados por empresas regionales, mientras que, en otras ciudades y pueblos, es el Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA) quien se encarga.
Río Yaque del Sur en Cabral, Barahona (Foto: Wikipedia/CC).
En 2010 el ordenamiento jurídico dominicano dio un giro fundamental con la reforma de la Constitución, que trajo consigo una extensa serie de innovaciones en el sistema jurídico entre los que se incluyeron; otorgar carácter constitucional al derecho a un medio ambiente sano, así como el reconocimiento del recurso agua como un derecho humano. No obstante, los desafíos en el ámbito político continúan y la falta de un ente regulador de los aspectos económicos del sector se refleja en la ausencia de una estrategia nacional para el sector del agua y el saneamiento, limitando el desarrollo del mismo.
Los retos hídricos de República Dominicana
El impacto del cambio climático sobre los recursos hídricos es uno de los principales retos a los que se enfrenta el país a corto y medio plazo. Según la primera comunicación nacional de la República Dominicana sobre la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, se prevé una gran reducción de la distribución espacial de las precipitaciones y la escorrentía total para el año 2100, lo que demuestra un cambio estructural de las zonas más húmedas a las más secas y la expansión de éstas.
Pero esta variabilidad climática no es el único reto. A corto plazo, y a pesar de los esfuerzos del Gobierno, la calidad y la continuidad de los servicios son inadecuados. Según el MEPyD, el saneamiento en la República Dominicana enfrenta dificultades propias de un país no desarrollado donde las políticas de saneamiento han sido postergadas.
La falta de un ente regulador de los aspectos económicos del sector, se refleja en la ausencia de una estrategia nacional para el sector del agua y el saneamiento
Alianzas en pos del tratamiento de agua en República Dominicana
Tratando de revertir el panorama actual de saneamiento en República Dominicana, la Ingeniería Civil y Ambiental (ICA), una empresa especializada en el diseño e instalación de plantas de tratamiento de aguas residuales industriales y domésticas, que a su vez representa exclusivamente productos de compañías internacionales con décadas de experiencia y reconocimiento, trabaja conjuntamente con la ingeniería española TecnoConverting (Premio iAgua 2018 a la Mejor Ingeniería).
Uno de los proyectos más destacados es el de la planta potabilizadora de Asuro, ubicada en el municipio de Vicente Noble, en la provincia de Barahona. Diseñada para tratar un caudal de 2 m3/seg., se compone de un sistema de clarificación por manto de lodo y filtración de lecho profundo.
Planta de Asuro, República Dominicana.
Con el fin de mejorar las prestaciones de los servicios de abastecimiento y saneamiento de esta zona sureña del país, a petición del INAPA, el ICA evaluó el funcionamiento y las condiciones de la planta, y determinó la necesidad de rehabilitar los clarificadores cambiando los lamelares existentes de 0,6 mm y con estructura soporte de madera. El daño de la estructura de soporte y el marcado deterioro de los lamelares, hacían que el lodo se acumulara en la infraestructura, provocando a su vez un colapso total de la planta que obligó a actuar de emergencia.
Lamelares en mal estado.
Lodo acumulado en la planta.
Para revertir la situación se recurrió a TecnoConverting, una de las pocas empresas del mundo especializadas en decantación lamelar, que diseñó y suministró módulos lamelares de 1 mm con resistencia UV y estructura soporte de PRFV. Los lamelares de TecnoConverting están diseñados para aumentar la superficie específica de contacto, provocando a su vez el aumento de la velocidad de separación de las partículas en suspensión en los decantadores y, por tanto, la aceleración del proceso de sedimentación.
Proceso de instalación de las lamelas.
Lamelares de TecnoConverting instalados en la planta potabilizadora de Asuro, República Dominicana.
Especialistas en decantación y decantadores, TecnoConverting proporcionó la mejor solución técnica en decantación, gracias a la cual se consiguió recolectar el agua sedimentada de la planta de una manera más eficiente que la que se venía haciendo. Los sedimentadores aumentaron su capacidad de decantación en un 10 %, lo que se traduce en una vida más duradera de los filtros y en el ahorro de agua durante el proceso de lavado.
En definitiva, una mejor tecnología en la planta potabilizadora de Asuro permite obtener agua de mayor calidad y, además, proporciona a su vez un proceso de potabilización de agua más eficiente y una mejora en la prestación del servicio en la zona.
La planta potabilizadora de Asuro en funcionamiento.
