El derretimiento de los glaciares está causando pérdida de diversidad de especies entre los bentos en las aguas costeras de la Península Antártica, impactando en todo un ecosistema del fondo marino, como han verificado expertos de Argentina, Alemania, Gran Bretaña y el Instituto Alfred Wegener, Centro Helmholtz de Investigación Polar y Marina (AWI, por sus siglas en inglés) en el curso de repetidas inmersiones, cuyos resultados se publican en la revista 'Science Advances'.
Los científicos creen que los elevados niveles de sedimentos en suspensión en el agua son la causa de la disminución de la biodiversidad en la región costera. Esto ocurre cuando los efectos del calentamiento global llevan a los glaciares cerca de la costa a empezar a fusionarse, provocando como resultado grandes cantidades de sedimentos en el agua de mar.
Durante las últimas cinco décadas, las temperaturas han aumentado casi cinco veces más rápido en la Península Antártica occidental que el promedio mundial. Sin embargo, el impacto resultante de la retirada de los glaciares en los organismos que habitan el fondo (bentos) sigue sin estar claro.
Los científicos creen que los elevados niveles de sedimentos en suspensión en el agua son la causa de la disminución de la biodiversidad en la región costera
Por ello, investigadores del Laboratorio Dallmann están ahora cartografiando y analizando los bentos en Caleta Potter, en la Isla Rey Jorge de la Península Antártica Occidental. Allí, el Instituto Alfred Wegener y el Instituto Antártico Argentino (IAA, por sus siglas en inglés) trabajan en el laboratorio Dallmann como parte de la estación de Carlini argentina. La investigación sobre la flora y la fauna bentónica forma parte del programa de monitoreo a largo plazo del laboratorio durante más de dos décadas.
En 1998, 2004 y 2010, los buceadores fotografiaron las comunidades de especies en tres estaciones diferentes y a distintas profundidades del agua: la primera, cerca de la orilla del glaciar; la segunda, un área menos directamente influenciada por el glaciar; y la tercera, en el borde exterior mínimamente afectado de la cala. También registraron las tasas de sedimentación, la temperatura del agua y otros parámetros oceanográficos en las estaciones, de modo que pudieran correlacionar los datos biológicos con estos valores.
Los investigadores descubrieron que algunas especies son extremadamente sensibles a altas tasas de sedimentación. "Particularmente, las ascidias de largos tallos como algunas especies previamente dominantes de tunicados no pueden adaptarse a las nuevas condiciones y morirán, mientras que sus parientes más cortos pueden acomodarse fácilmente al agua turbia y la cubierta de sedimentos", explica Doris Abele, bióloga de AWI y coatura del estudio, y agrega: "La pérdida de importantes especies está cambiando los ecosistemas costeros y sus altamente productivas redes de alimentación y todavía no podemos predecir las consecuencias a largo plazo".
"Era esencial contar con una base de datos iniciales que pudiéramos utilizar comparar con los cambios. En el Océano Austral, comenzamos este trabajo relativamente tarde", dice el primer autor del estudio, el ecólogo marino Ricardo Sahade, de la Universidad de Córdoba y Científico Nacional de Argentina y el Consejo de Investigaciones Técnicas CONICET, que lidera la serie bentónica a largo plazo.
"La combinación de esta serie de observaciones, que acompaña a la investigación ecológica sobre especies antárticas importantes, y la modelización matemática permiten predecir los cambios del ecosistema en escenarios futuros", añade el coautor Fernando Momo, de la Universidad Nacional del General Sarmiento de Argentina.