En Venezuela, las personas no solo se enfrentan una crisis económica, política, social, cultural y ambiental ,sino también hídrica, que impacta tanto en el nivel de consumo por persona como en la calidad de las aguas potables.
Las fallas relacionadas con el suministro y constante racionamiento del agua son de tipo antropocéntricas y no tanto naturales. Así, por ejemplo, se señalan las siguientes: mantenimiento preventivo-correctivo-predictivo (instalaciones, maquinarias, equipos), inversión (corto, mediano y largo plazo), personal (técnico, administrativo y gerencial) y gestión ambiental (mitigación, adaptabilidad e impactos). Se trata de problemas híbridos (gerenciales, técnicos, económicos, sociales y ambientales). Por consiguiente, requieren soluciones específicas y contundentes por parte de expertos integrales.
El problema se percibe mediante el consumo del agua y sus propiedades organolépticas (color, olor, sabor, temperatura y turbidez), características relacionadas con los sentidos las cuales pueden ser expresadas mediante parámetros que comprueban su calidad. Aunque no son los únicos indicadores, permiten una verificación técnica y legal dentro de unos rangos de conformidad (cualitativa y cuantitativa) que generan confianza entre las personas, especialmente desde el punto de vista de seguridad y salud pública.
¿Cuáles son los parámetros organolépticos que afectan a los estudiantes? ¿Cuáles son los posibles efectos de la crisis hídrica y la calidad de las agua para los estudiantes? Para responder a estas preguntas se aplicó un instrumento válido y confiable a una muestra piloto representada por 32 estudiantes activos de un curso de verano en una universidad pública venezolana (ubicada en Caracas) con la finalidad de generar algunos datos estadísticos e indicadores de interés. Entre los resultados se identificaron los siguientes:
- El suministro del agua no cubre las 24 horas del día. La información refleja un abastecimiento irregular y desigual en las diferentes Parroquias de Caracas. En este caso se consideraron los siguientes parámetros cualitativos en el suministro del agua: duración, frecuencia, color, olor y sabor.
En el caso de las personas que no cuentan con un abastecimiento continuo (24 horas del día), solo un 38% de las personas afirman que el abastecimiento se realiza una vez al día, cuya duración varía entre una zona caraqueña y otra. Esta situación fue empeorando con el paso del tiempo. Actualmente, el indicador ya no viene expresado por su frecuencia al día sino por semana o mes.
Así como las fallas de continuidad en el suministro del agua afecta más a unas parroquias caraqueñas que a otras, el riesgo de infección por Covid-19 también impacta de forma desigual.
El 87,5% de las personas entrevistadas indican que el agua es de mala calidad en términos de propiedades organolépticas: color, olor y sabor, como se muestra a continuación: 59,4% mal olor, 96,9% color marrón (claro, oscuro) y 94,5% mal sabor.
Entre las preocupaciones más frecuentes de los estudiantes están:
- La salud pública, familiar y personal por las altas probabilidades de contraer enfermedades dérmicas (alergias, sarna), gastrointestinales (diarreas, dolor de estómago) y/o musculo-esqueléticas (dolor de espalda, dolor de columna) entre las personas, principalmente en niños, niñas, ancianos y enfermos.
- La seguridad de las personas. Los posibles accidentes (caídas, golpes) que pudieran ocurrir al cargar agua dentro o fuera de las viviendas que podrían causar hasta la muerte. Tal fue el caso de una niña que perdió la vida en una de las parroquias caraqueñas, al salir de su casa junto a su familia en búsqueda de este vital líquido fue golpeada por la caída de un árbol (ramas).
- La administración del tiempo y alteración de la planificación personal (tareas y actividades). El 45.2% de los estudiantes universitarios tienen que cargar agua hasta sus viviendas. Esta situación implica una toma de decisiones, entre lo que realmente es prioritario en la vida: cargar agua (llenar pipotes, tanques) o realizar una prueba de una materia (o asistir a una clase síncrona). Esta situación ha generado ansiedad, estrés, desmotivación y hasta fatiga (física y mental). Además de afectar el rendimiento académico de forma directa ante la pérdida de una evaluación (prueba o examen).
Ante tal situación, los estudiantes son más proactivos que reactivos. Aplican una serie de medidas puntuales que atacan la consecuencia más no la causa:
- Mantenimiento preventivo en la comunidad: “En el Edificio estamos haciendo el manteamiento más seguido la tanque del agua” (Estudiante 1, 2020).
- Tratamiento del agua: “Ahora hay que hervir el agua para ser consumida. Sin embargo queda con residuos” (Estudiante 2, 2020), “Clara o turbia, igual tenemos que tratarla” (Estudiante 3, 2020)
- Capacidad de almacenamiento: “Ahora pensamos en comprar un nuevo tanque con mayor capacidad” (Estudiante 4, 2020), “No cargo agua porque tengo tanque” (Estudiante 5, 2020).
- Mayor higiene: “Sin agua debemos tener más aseo y cuidado en tiempo de Coronavirus” (Estudiante 6, 2020)
Sería recomendable que las autoridades competentes publicaran por diferentes medios de comunicación (tv, radio, prensa, internet) los horarios de abastecimiento con la finalidad de suministrar información oportuna que permita una planificación eficaz.
