En la última medida para remodelar la normativa federal, el presidente Donald Trump ha firmado una orden ejecutiva destinada a "hacer que las duchas de Estados Unidos sean geniales de nuevo". La orden busca anular las regulaciones implementadas durante la administración de Obama que limitaban el flujo de agua de las duchas, especialmente aquellas con múltiples boquillas. Las regulaciones anteriores estipulaban que las duchas de múltiples boquillas, en su conjunto, no podían descargar más de 2.5 galones de agua por minuto, una medida diseñada para conservar el agua y la energía.
La nueva orden de Trump hace retroceder estas restricciones, permitiendo que cada boquilla individual descargue hasta 2,5 galones por minuto. Según la hoja informativa de la Casa Blanca, estas restricciones formaban parte de una “agenda verde radical” que hacía la vida más difícil a los estadounidenses. "La Orden libera a los estadounidenses de regulaciones excesivas que convertían un artículo básico del hogar en una pesadilla burocrática. Los cabezales de ducha ya no serán débiles y sin valor".
Al firmar la orden, el presidente Donald Trump expresó su frustración con las regulaciones actuales de los cabezales de ducha. Se quejó de que, con las normas vigentes, tarda 15 minutos en mojarse el pelo, describiendo el flujo de agua como “goteo, goteo, goteo” y calificando la situación de “ridícula.”
Sin embargo, sus detractores, entre ellos grupos ecologistas y defensores de los consumidores, sostienen que estos cambios son despilfarradores e innecesarios. El Appliance Standards Awareness Project (Proyecto de Concienciación sobre Normas de Electrodomésticos), una de las principales voces en materia de normas de eficiencia, señala que la ley original de energía de 1992 se diseñó para reducir el despilfarro de agua, ahorrar dinero a los consumidores y ayudar a proteger el medio ambiente. Argumentan que este retroceso deshará décadas de progreso en la conservación del agua.
El debate sobre el caudal de agua y los cabezales de ducha está abierto desde que la administración de Obama introdujo una redefinición de «cabezal de ducha», que estableció una nueva norma según la cual la restricción del caudal de agua se aplicaba a la descarga total de todas las boquillas combinadas. La orden de Trump restablece el «significado directo» del término, tal y como se recoge en la ley original de energía de 1992, un cambio que se espera que entre en vigor en un plazo de 30 días una vez que el secretario de energía anule las definiciones anteriores.
Esta decisión forma parte de un esfuerzo más amplio de Trump por desmantelar lo que percibe como regulaciones innecesarias establecidas por la administración anterior. La Casa Blanca de Trump también ha expresado su frustración con otras normativas sobre electrodomésticos de la administración Biden, como las relativas a estufas de gas, calentadores de agua y lavavajillas, que, en su opinión, ahogan la innovación y suponen una carga para los consumidores estadounidenses.