La civilización del Indo se extendía por una amplia zona de lo que hoy es Pakistán y el noroeste de la India. Resulta de interés para los investigadores, pues en ella hay pruebas del desarrollo de asentamientos agrícolas tempranos alrededor del 6000 a. C., de la aparición de centros urbanos a gran escala cerca del 2600 a. C., y de que estos asentamientos continuaron ocupados hasta alrededor del 1900 a. C., momento del que hay indicios de desurbanización y aumento del número de asentamientos rurales. Siglos después, volvieron a establecerse asentamientos a escala urbana en nuevas ubicaciones de este valle.
«Esta trayectoria de desarrollo ha dejado un registro arqueológico rico aunque extremadamente complejo, así como muchas preguntas que los arqueólogos aún se esfuerzan por responder —afirma Arnau García, coordinador del proyecto WaMStrin—. ¿Por qué surgió la urbanización? ¿Qué factores (incluidos los cambios en la red fluvial y el clima) contribuyeron al declive urbano? ¿Cómo transformaron el paisaje las ocupaciones posteriores y con ello el registro arqueológico de períodos previos?».
WaMStrin se centró específicamente en un asentamiento humano y en el cambio en la red hidrológica de la cuenca del río Indo en la provincia del Punyab (Pakistán)
Responder a estas preguntas tiene el potencial de arrojar más luz arqueológica sobre el patrimonio cultural, las prácticas agrícolas y la biodiversidad en la cuenca del río Indo. El proyecto WaMStrin, financiado con fondos europeos, ha investigado cómo vivieron las sociedades humanas urbanizadas cambiando los entornos fluviales de la parte sur de la provincia del Punyab (Pakistán). WaMStrin dio una mirada a largo plazo a las interacciones entre el ser humano y el entorno y a cómo esta larga historia se integra en los paisajes actuales.
El proyecto WaMStrin colaboró con un equipo multidisciplinar de investigadores que incluía a arqueólogos, sedimentólogos y especialistas en ciencias de la Tierra que se centraron en registrar e interpretar los restos materiales de las sociedades del pasado. WaMStrin se centró específicamente en un asentamiento humano y en el cambio en la red hidrológica de la cuenca del río Indo en la provincia del Punyab (Pakistán). Esta investigación se llevó a cabo con el apoyo del programa Marie Skłodowska-Curie.
Registrar mejores datos arqueológicos
«En el diseño del proyecto, nos propusimos contribuir a superar la lucha con los datos fragmentarios procedentes de las limitaciones espaciotemporales normales del trabajo de campo arqueológico y la menor resolución de los datos de teledetección», destaca García. Los investigadores desarrollaron el proyecto WaMStrin basándose en la exploración remota de imágenes de alta resolución obtenidas por satélite y materiales cartográficos mediante el uso de técnicas que revelan características arqueológicas a pesar de los cambios en el paisaje. Los investigadores de WaMStrin utilizaron la cartografía histórica, imágenes obtenidas por satélite y bases de datos arqueológicos para reconstruir aspectos de la red fluvial histórica, y estudiaron los patrones de asentamiento a largo plazo de las llanuras aluviales del Punyab paquistaní. Probaron algunos métodos automatizados basados en el aprendizaje automático para extraer información de los datos, y esperan perfeccionar la técnica para utilizarla en el futuro.
Mapeo del pasado remoto
El equipo desarrolló un mapa de paleocanales que formaban parte de los sistemas fluviales de antaño. Para ello, los investigadores combinaron datos de teledetección de alta resolución, técnicas de mejora de imagen y la cartografía histórica para crear un mapa detallado de canales relictos. WaMStrin también utilizó la geoestadística y análisis de redes y del paisaje para comprender mejor la interacción entre las distintas culturas que han habitado en la cuenca del Indo y los cambios en la disponibilidad de agua.
El futuro del mapeo del pasado
El equipo de WaMStrin espera que otros equipos de investigación utilicen los mapas que han creado en trabajos sobre la gestión del patrimonio cultural. Prevén consolidar su trabajo con el de un equipo basado en el Instituto McDonald de Investigación Arqueológica de la Universidad de Cambridge (el Reino Unido) a fin de seguir con la investigación en el sur de Asia y a mayor escala.