La Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) duplica desde 2011 año a año la inversión para proveer agua a zonas afectadas por una grave sequía: 3.143 millones de pesos ese año, 7.543 millones de pesos en 2012 y 15.556 millones de pesos (28 millones de dólares) en 2013. Es decir, un aumento del 494% en dos años.
Los efectos de la sequía se agudizan en zonas donde se ha enraizado y avanzan hacia el sur. Allí, pese a contar con las mayores reservas de agua del planeta, hay chilenos que deben ser abastecidos con estanques. Unas 400 mil personas son abastecidas de agua potable por unos 500 camiones aljibe, al menos cinco barcazas y varias lanchas en más de 130 comunas entre las regiones de Coquimbo y de Aysén.
"No se puede hablar de empeoramiento de la sequía, sino de sus efectos en el tiempo. Petorca, San Felipe, Los Andes, Coquimbo y Melipilla han sido afectadas por cinco años, acentuando su condición", dijo el ministro de Agricultura, Luis Mayol al diario local El Mercurio. El ministro admite que los esfuerzos no han evitado la reducción de las superficies agrícolas en distintas zonas.